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  • Reciplasa, la UJI, CEBIMAT y Aimplas colaboran en el desarrollo de esta iniciativa que impulsa la economía circular
  • Este proyecto contribuirá a eliminar los microplásticos en el compost y evitará que acaben en el medio natural y agrícola


La Generalitat, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, que dirige Nuria Montes, financia el desarrollo de un proyecto para acelerar la biodegradación de distintos tipos de plástico mediante la adición de microorganismos.


La empresa pública encargada del tratamiento y gestión de los residuos urbanos de Castellón, Reciplasa; la spin-off de la Universitat Jaume I (UJI) CEBIMAT; el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas) y el grupo de investigación de Polímeros y Materiales Avanzados (PIMA) de la UJI colaboran en esta iniciativa que pretende optimizar el proceso de biodegradación del plástico.


Este proyecto cuenta con el respaldo económico de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) y financiación de la Unión Europea en el marco del programa Comunitat Valenciana FEDER para el periodo 2021-2027.


El objetivo de este desarrollo, denominado COMBOOST, es la investigación de nuevos métodos y procedimientos de compostaje, tanto en plásticos considerados biodegradables como en los no biodegradables, mediante la adición de microorganismos que estimulan la descomposición de estos materiales.


Esta nueva tecnología permitirá traspasar algunas de las barreras que limitan actualmente el reciclaje de envases de plástico y ofrecerá nuevas soluciones para la eliminación de microplásticos en el compost generado. Así, se evitará que acaben en el medio natural y agrícola y, por tanto, en la cadena alimentaria.


Las razones para impulsar COMBOOST son de índole económica y medioambiental. El reciclaje de plásticos mediante el compostaje presenta ventajas competitivas para las empresas que, a través del fomento de la ecoinnovación, podrán adelantarse a futuros cambios legislativos.


Por otro lado, el abono orgánico producido es de alta calidad y puede emplearse para mejorar el rendimiento de la tierra en el sector agrícola y en la jardinería, sin provocar problemas de toxicología o contaminación, ya que se garantizará su inocuidad mediante ensayos de ecotoxicidad.


Colaboración del sistema de innovación


El trabajo del personal de investigación de la UJI en el proyecto consiste en buscar el aditivo que mejore el proceso de compostaje. Para ello, se identificarán los microorganismos que presentan altas capacidades para degradar los polímeros, unas macromoléculas compuestas por una o varias unidades químicas, con el fin de seleccionar los más eficaces en este proceso.


Las líneas de investigación relacionadas con la economía circular y la gestión de residuos plásticos y con metodologías complementarias como el reciclado terciario y/o biológico está siendo desarrollado por Aimplas. Asimismo, la spin-off de la Universitat Jaume I CEBIMAT lidera los ensayos de biodegradación de materiales plástico, mientras que Reciplasa aporta su experiencia en el tratamiento y valorización de residuos sólidos urbanos.

Este proyecto se alinea con las conclusiones del Comité estratégico de innovación especializado en economía circular, donde se aboga por el desarrollo de nuevos procesos que aceleren la degradación de los materiales plásticos. Asimismo, COMBOOST se enmarca en dos de los tres pilares de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo. En concreto, el impulso de la transición ecológica y sostenible y de la transformación digital.

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  • La Sociedad de Agricultores de la Vega coordina esta iniciativa, en la que cooperan Aimplas y las empresas Prime Biopolymers y Viromii
  • Los residuos agrícolas se someterán a distintos tratamientos químicos para fabricar bioplásticos con múltiples aplicaciones industriales


La Generalitat Valenciana, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, financia el desarrollo de un proyecto de innovación para producir envases biodegradables y sostenibles a partir de la paja que genera el cultivo del arroz en la Albufera de Valencia. De este modo, no sólo se pretende valorizar este residuo agrícola, sino evitar también las emisiones de gases que genera la quema de dichos despojos cada otoño.


Con la denominación de BIOPLA, este proyecto está coordinado por la Sociedad de Agricultores de la Vega (SAV), en colaboración con las empresas Prime Biopolymers, Viromii y el Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas. Dichos trabajos reciben el respaldo de la AVI y financiación de la Unión Europea en el marco del programa Comunitat Valenciana FEDER para el periodo 2021-2027.


Gracias a esta iniciativa, se desarrollará una solución innovadora que permitirá poner fin a la quema de estos desperdicios, una práctica que presenta consecuencias negativas para las personas con problemas respiratorios y eleva los niveles de contaminación atmosférica en las comarcas colindantes con el lago de la Albufera.


La incineración trata de evitar que la paja se acumule y se pudra en los campos durante la temporada de lluvias, lo que a su vez repercute negativamente en la calidad del agua del humedal y provoca la mortandad de un elevado número de peces. Hasta ahora, se han explorado distintas vías para la retirada de estos restos agrícolas, si bien el elevado coste económico de este proceso ha dificultado su puesta en marcha.


El objetivo de BIOPLA, en el marco de la economía circular, es dotar a la paja del arroz de un valor económico capaz de compensar el coste de su recuperación. Por ello, se plantea el uso de estos desechos como materia prima para la producción de bioplásticos más respetuosos con el medio ambiente que los generados mediante recursos fósiles.


El proyecto no solo contempla el desarrollo y validación del tratamiento al que se ha de someter este desperdicio vegetal para fabricar este producto de alto valor añadido y múltiples aplicaciones industriales, sino también toda la logística necesaria para su recogida y almacenamiento. En definitiva, se trata de demostrar la viabilidad técnica, económica y ambiental de la tecnología a escala semi-industrial.


La transformación de este desecho agrícola en bioplástico se consigue después de someter a los despojos vegetales a distintos tratamientos, que incluyen el triturado de los tallos, los procesos de hidrólisis enzimática y fermentación por el que se obtiene ácido láctico, y su posterior conversión en ácido poliláctico, conocido por sus siglas en inglés, PLA.


El PLA representa aproximadamente el 40% de todos los polímeros biodegradables y se erige en el bioplástico más utilizado del mercado, con una demanda que crece cada año. Este tipo de material constituye, de hecho, una alternativa sostenible a los plásticos tradicionales por su facilidad para descomponerse y su menor impacto ambiental.


Desde que arrancara esta iniciativa hace ahora un año, el equipo técnico ha abordado ya la fase de la logística y ha llevado a cabo los ensayos en laboratorio, con el objeto de validar los tratamientos más eficientes para la producción de ácido poliláctico. Con los resultados obtenidos, SAV escalará el proceso a volúmenes propios de una planta piloto para continuar con la optimización del este proceso biológico.


Además de coordinar el proyecto, SAV es el socio encargado del suministro y almacenamiento de la paja, así como del proceso de transformación semi-industrial, aunque en la ejecución de BIOPLA coopera con otras tres entidades especializadas.


Así, Aimplas aporta su amplio conocimiento técnico sobre los procesos y condiciones de fermentación para la producción de bioplásticos, Prime Biopolymers lidera la fase polimeración del ácido láctico y contribuye con el estudio del proceso de transformación a escala industrial, mientras Viromii desarrolla el análisis de la gestión de los restos agrícolas en el mercado del PLA.


La iniciativa se alinea con las conclusiones del comité de especialistas en Economía Circular, que ha impulsado la AVI, y abogan por el desarrollo de bienes de consumo más sostenibles, así como por el diseño de innovaciones que permitan valorizar de los residuos, de acuerdo con las políticas que en esta materia promueve la Comisión Europea. Asimismo, BIOPLA se encuadra, asimismo, en los ejes principales de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

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  • La Cooperativa Unión Cristiana de Sueca coordina este proyecto, en el que participan el IVIA, la Universitat de València y la Universitat Politècnica
  • El sistema procesará las imágenes de satélite y dron y avisará del momento idóneo para aplicar tanto el abono como tratamientos contra el hongo Pyricularia oryzae

 

La Generalitat Valenciana, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, que dirige Nuria Montes, financia el desarrollo de un novedoso sistema predictivo para optimizar la aplicación de productos fitosanitarios y fertilizantes en el cultivo del arroz a través del uso de imágenes de satélite y drones.

Este proyecto estratégico, bautizado como ‘Detectoryza’, supone, en la práctica, la incorporación de tecnologías de vanguardia en el proceso productivo con el fin de minimizar su impacto sobre el medio ambiente y reducir los costes de producción.


La Cooperativa Valenciana Unió Cristiana de Sueca (Uniana), con el apoyo técnico de la Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana, coordina esta iniciativa, en la que participan la Universitat de València, la Universitat Politècnica y el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). El proyecto cuenta a su vez el respaldo de la AVI y financiación de la Unión Europea en el marco del programa Comunitat Valenciana FEDER para el periodo 2021-2027.


El objetivo de ‘Detectoryza’ es controlar el hongo causante de la piriculariosis, la principal enfermedad del arroz, antes de que alcance la fase epidémica, mediante tratamientos focalizados a partir de los datos obtenidos a través de sistemas avanzados de teledetección.


De este modo, el uso de drones y de imágenes tomadas por satélite pretende dotar a los agricultores y agricultoras de herramientas más precisas para detectar de forma precoz los síntomas del hongo Pycularia orzyae y optimizar así las dosis de fitosanitarios.


En la actualidad, la presencia de este patógeno se combate mediante tratamientos fungicidas generalizados en función de la percepción visual del agricultor, lo que puede desembocar en la administración innecesaria de estos productos, con consiguiente impacto económico y medio ambiental.


‘Detectoryza’ permitirá optimizar los tratamientos para el control de este hongo, limitando las intervenciones a los momentos idóneos, de acuerdo con las características del cultivo, las variables climáticas y la biología del patógeno.


Además, también se explorará un nuevo método de fertilización, que evite los riesgos ambientales derivados de la sobreaplicación de abonos. Se trata de un sistema alternativo al tradicional, que busca conocer en todo momento el estado nutricional de las plantas a través de los datos observados por satélite para ajustar la aportación de nitrógeno a las necesidades reales del cultivo. Con este fin, se realizarán ensayos con diferentes porcentajes de abono, así como con inhibidores de la urea para optimizar así la aportación de nutrientes.


Algoritmo de inteligencia artificial


El proyecto culminará con el desarrollo de un sistema completo y calificado de alertas que gestionará la propia cooperativa Uniana, basado en algoritmos de inteligencia artificial, que procesará y analizará los datos recogidos por satélites y drones dotados de cámaras térmicas.


El equipo de especialistas que colaboran en la iniciativa ya ha completado la recopilación de datos de dos campañas productivas y, en la actualidad, se están analizando para determinar los rendimientos y desarrollar el modelo. Desde el inicio se está trabajando en el algoritmo predictivo a partir de imágenes para mejorar la detección y control del hongo, mientras se realiza el seguimiento de esporas y del cultivo sobre el terreno para adecuar el proceso de fertilización.


En la práctica, ‘Detectoryza’ supondrá un paso adelante en la evolución e implantación de las aplicaciones de monitorización agrícola en el cultivo del arroz, incluso después de que finalice proyecto, lo que permitirá avanzar en agricultura de precisión. De hecho, las entidades participantes se comprometen a ofrecer formación a las y los agricultores que así lo deseen, además de proporcionar avisos a las explotaciones interesadas, que en este caso serán a cargo de la Cooperativa Unió Cristiana de Sueca.


Colaboración del sistema de innovación


Precisamente esta organización agrícola ha puesto a disposición de la iniciativa las parcelas donde se están llevando a cabo los ensayos, al tiempo que colabora de forma activa en el diseño y seguimiento de los experimentos, la recopilación de datos y el control de calidad de las cosechas. Cuenta con el apoyo de los departamentos de Física y de Producción Vegetal de la Universitat Politècnica de València (UPV), se encargan del diseño de las estrategias de fertilización y el control de las malas hierbas en el cultivo del arroz.


El análisis e interpretación de las imágenes obtenidas y la implementación de los modelos predictivos para identificar la presencia del hongo están siendo desarrollados por el Laboratorio de Procesado de Imágenes de la Universitat de València (UV), mientras que el Departamento del Arroz y la Unidad de Micología del IVIA colabora el seguimiento periódico de la enfermedad y la cuantificación de los síntomas, entre otras actuaciones.


El proyecto se alinea con las conclusiones del comité de especialistas en Agroalimentación, que ha impulsado la AVI, donde se propone el desarrollo de innovaciones que impulsen la agricultura de precisión mediante tecnologías de predicción y control de la producción. Asimismo, se encuadra en los ejes principales de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

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  • AINIA y Mercé V. Electromedicina han participado en este proyecto estratégico, que cuenta con financiación europea a través de Feder

  • El dispositivo, que combina robótica, fotónica e Inteligencia Artificial reducirá el tiempo de diagnóstico y los costes sanitarios


La Generalitat Valenciana, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, dirigida por la consellera Nuria Montes, ha respaldado el desarrollo de un nuevo robot inteligente para la exploración dermatológica capaz de asistir en la detección y delimitación de los principales tipos de cáncer de piel mediante una técnica automatizada que no requiere contacto y se completa en tan sólo unos segundos. 


En la ejecución de este proyecto estratégico, bautizado como AD-DERMA, ha participado la empresa Mercé V. Electromedicina junto al Centro Tecnológico AINIA. Ambos han contado con el respaldo de la AVI y financiación de la Unión Europea en el marco del programa Comunitat Valenciana FEDER para el periodo 2021-2027.


A través de esta iniciativa se pretende poner a disposición de los profesionales sanitarios una herramienta con mayor autonomía, inteligencia y versatilidad que las actuales soluciones existentes en el mercado, que no facilitan el diagnóstico de los tipos de cáncer de piel más frecuentes y peligrosos, como son el carcinoma basocelular y el melanoma.


El nuevo dispositivo permitirá ahorrar tiempo en la detección de estas enfermedades, reducirá los costes sanitarios asociados a la operativa en consulta, diagnóstico e intervención, contribuyendo a disminuir, además, las listas de espera.


Esta nueva tecnología, que combina robótica colaborativa, sensores fotónicos de alta resolución espacial y espectral e Inteligencia Artificial, asistirá a los especialistas automatizando las exploraciones y digitalizando la zona afectada. De esa manera, contribuirá a la detección temprana de cáncer de piel, un factor decisivo en la curación de esta enfermedad.


Además de las ventajas que ofrece en la fase de diagnóstico, el robot tiene un potencial uso relevante en las cirugías, ya que, al ser capaz de delimitar la zona afectada en tiempo real, puede ayudar a retirar en su totalidad el tejido tumoral sin necesidad de segundas intervenciones.


En la ejecución de esta iniciativa han participado dos socios, AINIA y Mercé V. Electromedicina, que, como empresa que provee productos y equipamiento médico de alta tecnología, conoce las necesidades, los requerimientos y certificaciones que debe cumplir un producto o dispositivo médico, y el funcionamiento la cadena de ventas y de suministro.


Por su parte, el centro tecnológico ha aportado su conocimiento previo en el área de salud y diagnóstico mediante tecnologías fotónicas en el ámbito de la dermatología, así como su experiencia en el desarrollo y uso de tecnologías robóticas.


Experimentación con pacientes


Las dos entidades han colaborado con el Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), donde el Dr. Onofre Sanmartín ha coordinado el estudio observacional para validar su eficacia con pacientes reales.


AD-DERMA se alinea directamente con los retos y soluciones identificadas por el comité de especialistas en Salud de la AVI, que entre otras propuestas de I+D+i, aboga por el desarrollo de nuevo instrumental de ayuda y tecnologías de soporte a la cirugía. Asimismo, el proyecto se encuadra en los ejes principales de la Estrategia Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

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  • Zeleros, Ziur Composite Solutions, Aimplas y el Instituto de Motores Térmicos de la UPV diseñan un nuevo módulo de almacenamiento de energía
  • El proyecto contribuirá a la electrificación de camiones, autobuses, barcos y aviones, así como nuevos sistemas de transporte como hyperloop

 

La Generalitat, a través de la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, financia el desarrollo de una nueva generación de baterías más sostenibles, ligeras y duraderas con el fin de impulsar la movilidad eléctrica en vehículos de larga distancia, ya sea transporte por carretera, aeronáutico o para nuevos medios eléctricos ferroviarios o guiados, como los trenes de levitación magnética o hyperloop.


Zeleros Global lidera la ejecución de este proyecto estratégico, en el que también colaboran el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), el Instituto de Motores Térmicos de la Universitat Politècnica de València (CMT-UPV) y la empresa Ziur Composite Solutions. Los trabajos cuentan con el respaldo de la AVI y están confinanciados por la Unión Europea a través Programa Comunitat Valenciana Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) 2021-2027.

La iniciativa, bautizada como MODALT, comprende el diseño, prototipado, testeo y validación de un módulo de almacenamiento de altas prestaciones, fabricado con composites termoplásticos, para su integración en packs de baterías modulares. Una nueva tecnología que contribuirá a superar las barreras técnicas que hasta ahora dificultaban la transición eléctrica de camiones, autobuses, barcos o aviones, entre otros vehículos de transporte.

“MODALT nos permitirá generar un conocimiento diferencial para poder desarrollar y fabricar baterías más sostenibles, ligeras y seguras, y con mayor durabilidad. El módulo de almacenamiento que estamos desarrollando contribuirá a desbloquear aplicaciones de vehículos electrificados de altas prestaciones, ya que su diseño cuenta con los requisitos de potencia, energía y rendimiento y operación que estos demandan”, expone el responsable del programa técnico de Zeleros, Daniel Fons.

Además, el uso de composites termoplásticos permitirá elevar, al final de su vida útil, el porcentaje de reciclabilidad de los materiales que conforman la parte estructural de las baterías, reduciendo así el impacto ambiental de esta industria.

Según explica el investigador en movilidad sostenible de Aimplas Guillermo Ulldemolins, el tratamiento y procesado de este tipo materiales plásticos presenta ventajas, pues es posible mejorar sus propiedades mediante la incorporación de partículas que otorgan conductividad eléctrica (es decir, que dejan pasar la corriente), resistencia al fuego, o fibras que elevan su rigidez y resistencia.

El proyecto, cuyos trabajos concluirán el año próximo, incluye la validación en laboratorio de este nuevo módulo de almacenamiento, que se someterá a ensayos eléctricos, mecánicos y térmicos, simulando, además, distintos ciclos de conducción.

Para la ejecución de MODALT se ha constituido un consorcio coordinado por Zeleros, empresa que lidera el desarrollo de la tecnología hyperloop en España, y que llevará a cabo el estudio de celdas, geometrías y casos de uso del almacenamiento, así como el diseño mecánico de distribución, conexiones y refrigeración y la validación eléctrica.

ZIUR composites, por su parte, aporta experiencia en el campo de la ingeniería mecánica, mientras que la UPV contribuye con sus conocimientos sobre mecánica de fluidos y termodinámica, y Aimplas participará en el desarrollo de los materiales de aislamiento ligeros y antivibraciones.

La iniciativa se alinea con las conclusiones de dos comités estratégicos de innovación especializado (CEIE) de la AVI: el de Automoción y movilidad sostenible y el de Economía Circular.

En concreto, MODALT contribuye a la optimización de la carga del vehículo eléctrico y a la mejora de los sistemas de gestión térmica, al tiempo que permite la obtención de bienes de consumo más sostenibles. Del mismo modo, el proyecto también conecta con los entornos de especialización y prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3, que coordina la Generalitat.

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  • Becsa desarrolla este proyecto con impacto en la cadena de valor en colaboración con el Instituto de Matemática Multidisciplinar de la UPV
  • El sistema es capaz de ofrecer un diagnóstico sobre el estado de la vía, pronosticar su evolución y elaborar de forma automática un plan de mantenimiento


La Generalitat, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), ha financiado el desarrollo de un sistema para la auscultación, diagnóstico y predicción del estado de conservación de las carreteras en tiempo real a partir de un gemelo digital, que recogerá tanto la descripción física como funcional de cada vía analizada.

La constructora Becsa, de Simetría Grupo, impulsa este proyecto, bautizado como TWIN ROAD, que está ejecutando con el apoyo del Instituto de Matemática Multidisciplinar (IMM) de la Universitat Politècnica de València (UPV. La iniciativa cuenta con el respaldo de la AVI en el marco de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva y, por tanto, dispone de financiación de la Unión Europea a través del Programa Comunitat Valenciana Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2021-2027.

La nueva herramienta, que es capaz de detectar y clasificar los deterioros del firme, realizará un inventario de los elementos existentes en la infraestructura viaria, así como su estado de conservación, y generará un gemelo digital con el fin de evaluar en tiempo real el estado de la carretera y de sus elementos y ofrecer predicciones en torno a su comportamiento.

Además, los gestores de la red de carreteras obtendrán de forma automática el plan de mantenimiento de la vía, en función del diagnóstico realizado, de modo que podrán planificar las actuaciones de conservación de forma preventiva, lo que redundará en una reducción de los costes de reparación y una mayor seguridad para los usuarios de estas vías.

En las últimas semanas, se ha llevado a cabo la comprobación y verificación del prototipo a través de una serie de pruebas en entornos reales controlados con objeto de calibrar tanto el hardware y el software como las propiedades del modelo gemelo digital, a fin de garantizar que el sistema es capaz de cumplir con todas sus capacidades.

Para llevar a cabo este desarrollo, Becsa ha contado con la colaboración de la Universidad Politècnica de València, concretamente con el Instituto de Matemática Multidisciplinar (IMM-UPV), quien ha trabajado en el diseño y desarrollo del subsistema de software. Este centro de investigación ha aplicado sus conocimientos y experiencia en el diseño y desarrollo de redes neuronales y modelos matemáticos complejo y el desarrollo de plataformas digitales enfocadas al procesamiento de bases de datos de gran magnitud.

El proyecto TWIN ROAD se alinea con las conclusiones del comité de innovación en Movilidad, Transportes e Infraestructuras, que propone el desarrollo de sistemas que optimicen la detección del estado de las infraestructuras y sus necesidades de mantenimiento para mejorar la seguridad, en general, y que permitan actuaciones a corto y medio plazo.

Asimismo, la iniciativa conecta con los entornos de especialización y las prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3CV, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

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  • Global Omnium coordina esta iniciativa, en la que colaboran Vielca Ingenieros, la Universidad Católica, Aidimme y Control de Vertido Industrial
  • El sistema reproducirá en un dispositivo preindustrial el mecanismo de filtrado de esta especie del Mediterráneo, que se alimenta de microplancton


La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) financia un novedoso sistema para capturar los microplásticos presentes en las aguas residuales, que se inspira en especies marinas del Mediterráneo como la mantarraya del género Mobula. De este modo, se pretende replicar el método de filtrado que estos animales emplean para alimentarse de microplancton en un nuevo dispositivo industrial más eficaz, autolimpiable y de bajo consumo energético.

La iniciativa, bautizada como REMOURE, está coordinada por Global Omnium y en ella participan la ingeniería Vielca Ingenieros, el Instituto Técnológico Aidimme, la Universidad Católica de Valencia (UCV) y la empresa Control de Vertido Industrial. Asimismo, la AVI respalda en el marco de sus convocatorias de ayuda en concurrencia competitiva este proyecto estratégico, que disponen de financiación europea a través del Programa Comunitat Valenciana Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2021-2027.

El objetivo es definir y validar una tecnología eficaz para la recuperación de los plásticos de menos de 5 mm en las aguas residuales y, cuya eliminación supone todo un reto para las estaciones depuradoras, ya que los tratamientos actuales requieren de sistemas de filtrado que suponen elevadas inversiones de operación y mantenimiento. 

De hecho, este nuevo sistema ha de resolver las principales limitaciones que presentan las opciones que ya se encuentran en el mercado, como son el elevado consumo energético y la obstrucción reiterada de los filtros por acumulación de plásticos.

Para resolver este desafío de gran calado, que tiene consecuencias negativas tanto para el medio ambiente como para los seres vivos, las entidades que cooperan en REMOURE han situado el foco en la naturaleza como fuente de inspiración. En concreto, han analizado el funcionamiento de los mecanismos de de alimentación de distintas especies marinas con el fin de escoger el método más ventajoso para su reproducción a escala industrial.

El de la mantarraya del género Mobula, muy común en el Mediterráneo, se ha convertido en la opción elegida y, de hecho, su sistema de branquias ya se ha conseguido reproducir de forma artificial mediante técnicas de fabricación aditiva en 3D con el objeto de probar su efectividad en la recuperación de micro materiales.

Para ello, el equipo está trabajando en la puesta en marcha de un banco de ensayos que se instalará el próximo mes de septiembre en Aidimme donde se pondrán a prueba las réplicas en 3D del arco branquial. Debido a la complejidad de sus tejidos, que son capaces de retener el plancton para alimentarse, la adaptación del sistema de la Mobula a un filtro industrial solo puede realizarse mediante tecnologías de adición de capas o impresión 3D.

Innovación en cooperación

Como coordinadora del proyecto y empresa especializada en la gestión del agua, Global Omnium aporta su visión de usuario final en todas las fases de desarrollo, si bien su papel principal se centra en el demostrador del novedoso sistema de filtración, que se llevará a cabo junto a Vielca Ingenieros, consultoría valenciana de ingeniería civil, medioambiental y arquitectura.

Previamente, el Instituto de Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de Valencia (UCV) ha realizado, entre otras funciones, el análisis y estudio morfológico de un ejemplar de mantarraya, que incluso se ha sometido a tomografía computarizada con el fin de obtener una imagen detallada de sus agallas con el fin de reconstruir este modelo 3D.

Adimme, el instituto tecnológico de referencia para los sectores Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje, lidera el diseño de un modelo de cálculo para optimizar el diseño de este sistema y ha aportado su conocimiento y experiencia en la evaluación y selección de la tecnología de fabricación aditiva necesaria para reproducir el mecanismo de filtración.

Asimismo, el diseño, planificación y ejecución de los experimentos en modelos físicos y la construcción y prueba inicial del piloto será realizada por Control de Vertido Industrial (CVI), empresa de diseño y construcción de soluciones industriales.

El proyecto REMOURE se alinea con las conclusiones del comité de innovación en Economía Circular, en concreto, con reto de alcanzar la valorización más eficiente de los residuos y extensión en los usos de las aguas regeneradas en el entorno urbano y agrícola. La iniciativa conecta también con los entornos de especialización y las prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3CV, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.

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  • El proyecto está coordinado por Pavasal y cuenta con la colaboración de las empresas CPS Infraestructuras y Solver, además de la UPV
  • Esta herramienta ayudará a las administraciones a priorizar la inversión en conservación antes de que el deterioro del pavimento afecte al tráfico


La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) ha financiado el desarrollo de un sistema que monitoriza la red interurbana de carreteras y predice el deterioro del pavimento mediante técnicas de inteligencia artificial. Esta nueva herramienta de mantenimiento predictivo es capaz de determinar el estado de la infraestructura sin necesidad de llevar a cabo inspecciones visuales ni de utilizar técnicas invasivas, al tiempo que pronostica su evolución para planificar de forma sostenible la conservación de la vía antes de que el deterioro afecte al tráfico.

El proyecto, bautizado como NEUROVIAS, está coordinado por la empresa especializada en construcción y conservación de infraestructuras, Pavasal, y en su ejecución colaboran las empresas CPS Infraestructuras, Movilidad y Medio Ambiente y Solver Machine Learning, además del grupo de investigación en Gestión del Proceso Proyecto-Construcción de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universitat Politècnica de València (UPV).


La iniciativa cuenta con el respaldo de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) en el marco de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva y dispone de financiación de la Unión Europea a través del Programa Comunitat Valenciana Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) 2021-2027.


Este nuevo sistema se compone de un sistema de grabación para monitorizar el estado del pavimento a través de dos videocámaras de fácil instalación en cualquier vehículo convencional y un software que es capaz de procesar las imágenes 3D para evaluar los daños y el estado del pavimento, predecir su evolución y obtener un plan de gestión a corto y medio plazo que minimice el impacto ambiental, económico y social de las actuaciones de mantenimiento, y maximice la seguridad y el confort de los usuarios de la red de carreteras.


La plataforma incluye un sistema de información geográfica (GIS) que permite almacenar, analizar y visualizar todos los datos referenciados en un mapa, así como extraerlos en un fichero en formato estándar para su incorporación a un modelo BIM (Building Information Modeling). Esta metodología de trabajo colaborativo integra las características físicas y funcionales de la infraestructura en una representación digital en 3D que optimiza la planificación y mejora la eficiencia de los procesos.


Según la última auditoría sobre el estado de conservación de la red de carreteras realizado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) en 2018, se estima que más de la mitad de la red –53.500 kilómetros– presenta deterioros estructurales y superficiales importantes en el pavimento.


En este contexto, el proyecto NEUROVIAS ofrece una herramienta que ayudará a las administraciones a priorizar las inversiones en materia de conservación, impulsando la planificación preventiva de estas actuaciones, antes de que la vida útil del pavimento se agote o se registren grandes niveles de degradación. De esta forma, no sólo se dispondrá de una red vial en mejor estado, sino que redundará en un menor coste del transporte y una menor emisión de gases de efecto invernadero.


En el desarrollo de esta tecnología, que ya se ha validado con éxito, han colaborado cuatro entidades de distinta índole. Pavasal, constructora con una amplia experiencia en el mantenimiento viario ha liderado, como coordinadora del proyecto el diseño del sistema de monitorización; mientras que el desarrollo del software ha recaído en la consultora de ingeniería CPS Infraestructuras, Movilidad y Medio Ambiente.


Asimismo, Solver Machine Learning, ‘spin-off’ de la UPV especializada en inteligencia artificial, ha sido la encargada de concebir el modelo de evaluación del estado del pavimento mediante técnicas de aprendizaje profundo, al tiempo que la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos es la responsable del desarrollo de los modelos predictivos de evolución del deterioro y de la optimización de la toma de decisiones.


NEUROVÍAS conecta con los entornos de especialización y las prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3CV, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo. Además, propone soluciones a los principales retos identificados por el comité de innovación en Movilidad, Transportes e Infraestructuras, que entre otras líneas de acción proponía avanzar en la detección del estado de las infraestructuras y sus necesidades de mantenimiento para mejorar la seguridad, en general, y que permitan actuaciones a corto y medio plazo.

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  • La Agència resuelve la concesión su convocatoria de ayudas y otorgará 44,4 millones de euros hasta 2025 entre las 200 entidades beneficiarias
  • Se impulsarán nuevos métodos para la generación de electricidad e hidrógeno verde o un escáner de resonancia magnética de bajo coste, entre otras iniciativas

La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) apoyará un total de 185 proyectos de innovación en el marco de su convocatoria anual de ayudas en concurrencia competitiva correspondiente a 2023, con la que se impulsa el desarrollo de soluciones innovadoras a retos de gran impacto para el sistema productivo mediante la colaboración de empresas, universidades y centros tecnológicos y de investigación.


Un total de 200 entidades radicadas en la Comunitat Valenciana llevarán a cabo iniciativas de I+D+i, gracias a los 44,38 millones en ayudas que ha concedido la Agència para ampliar y fortalecer el sistema de innovación y fomentar la colaboración público-privada. Se trata, además, de una convocatoria cofinanciada por la Unión Europea a través del programa Comunitat Valenciana-Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para el periodo 2021-2027.  


La AVI pretende movilizar así todo el conocimiento disponible con el fin de dar respuesta a los desafíos previamente identificados y consensuados por los comités de innovación que asesoran a la Agència y que están formados por representantes de la comunidad científica, los centros tecnológicos y el empresariado.


El 40 % de estos fondos, es decir, más de 17,7 millones de euros, financiarán un total de 29 proyectos estratégicos, que son aquellos que por su naturaleza, complejidad y elevado coste económico requieren de una cooperación más intensa.


Los incentivos de la AVI permitirán, por ejemplo, avanzar en el reciclaje y valorización de residuos, abordar el desarrollo de alimentos más saludables y sostenibles o modernizar el sector de la construcción mediante la incorporación de nuevas tecnologías disruptivas.


La recolección inteligente y automatizada de cultivos en invernaderos, el aprovechamiento de las baterías de ion-litio al término de su vida útil o el desarrollo de plataformas de inteligencia artificial para optimizar las misiones de satélites en órbita baja, son algunas de las iniciativas de I+D+i que este año cuentan con el respaldo de la Agència.


Por otra parte, y con el fin de incentivar la ejecución de soluciones innovadoras con impacto en la cadena de valor empresarial, la AVI financiará con 12,7 millones un total de 47 proyectos en el ámbito de la fabricación industrial avanzada, la economía circular o la salud.


Dicha aportación contribuirá al desarrollo de nuevas técnicas en el campo de la medicina reproductiva; sistemas para generar electricidad e hidrógeno verde aprovechando las corrientes marinas y envases más ligeros, duraderos y sostenibles, entre otras iniciativas.


También se respaldará, con alrededor de 4,3 millones, la puesta en marcha de 12 demostradores y pruebas piloto en universidades y centros de investigación de la Comunitat Valenciana a fin de transferir a las empresas los resultados de las investigaciones que se han llevado en los últimos ejercicios.


En el marco de este programa se ensayará, por ejemplo, un nuevo tratamiento contra la xylella fastidiosa, un sistema de vigilancia y seguridad basado en robots móviles o un escáner de resonancia magnética de altas prestaciones y bajo coste.


Impulso a la innovación efectiva


Precisamente, para promover la conexión del sistema científico, tecnológico y empresarial y potenciar la investigación aplicada y orientada hacia el tejido productivo, la Agència financiará a su vez 30 agentes de innovación y ocho Unidades Científicas de Innovación Empresarial (UCIEs).


En lo que respecta a esta última línea, se han resuelto favorablemente todas las solicitudes de ayuda que han presentado este año las universidades y centros de investigación para constituir nuevos departamentos y sostener las actividades de los ya existentes. De este modo, el número de UCIEs en activo se amplía a un total de 20 grupos de excelencia científica.


También se expande la red de agentes de innovación con la que la AVI impulsa la transferencia de conocimiento y promueve la colaboración de las esferas científicas, tecnológica y empresarial en nuevos proyectos de I+D+i. Por un importe cercano a los tres millones se han respaldado 30 solicitudes, de las cuales cinco se corresponden con nuevos beneficiarios y las restantes son renovaciones.


La red de agentes superará, por tanto, el medio centenar de participantes, entre universidades, centros de investigación y asociaciones empresariales.


La apuesta de la Agència por la retención del talento se refleja también en los incentivos a la incorporación al tejido productivo de personal investigador y técnico de Formación Profesional, con un total de 20 contrataciones. A su vez, serán 22 las doctorandas y doctorandos que podrán realizar sus tesis en el marco de proyectos de I+D+i empresariales gracias a una contribución pública que, en este caso, supera el millón de euros.


La convocatoria se completa con el programa de impulso a la Compra Pública de Innovación (CPI), que este año respalda ocho iniciativas de instituciones públicas y empresas, al tiempo que se financiarán nueve acciones de refuerzo de las estructuras de la Comunitat Valenciana.


El sistema valenciano de innovación 


En función del tipo de solicitante, el 63 % de los expedientes respaldados está impulsado por empresas y el 25 % por universidades y centros de investigación; mientras que los institutos tecnológicos lideran como beneficiarios directos el 6 % de las propuestas. En cualquier caso, la conexión entre los distintos eslabones del sistema está garantizada porque, para optar a cualquier línea de la AVI, se requiere de la cooperación significativa de al menos dos agentes del sistema.


Entre los receptores de estas subvenciones figuran, además de las cinco universidades públicas, institutos tecnológicos como Aimplas, Inescop o el ITC; y centros de investigación como los del CSIC, Fisabio o Isabial, entre otros.  Organizaciones tan diversas como el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana (COIICV) o la Asociación de Empresarios del Camp de Morvedre también se encuentran entre las entidades beneficiarias.


Por su parte, Aguas Municipalizadas de Alicante, FACSA, Germaine de Capuccini, Global Omnium, IVI, Korott, Pavasal o SP Berner son algunas de las empresas que contarán con apoyo de la Agència para desarrollar proyectos en colaboración con otros agentes del sistema valenciano de la innovación.

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Prensa, Prensa


  • El prototipo ha demostrado la robustez de esta tecnología basada en biosensores fotónicos, que se certificará para proceder a su comercialización


La Generalitat, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), ha financiado el desarrollo de un nuevo biosensor, basado en tecnología fotónica y diseñado específicamente para la industria agroalimentaria, que es capaz de detectar las bacterias con mayor incidencia en los productos y líneas de fabricación de forma más rápida, eficaz y económica que las alternativas ya presentes en el mercado.

El proyecto, bautizado como Bacterio, ha finalizado con éxito después de tres años de trabajo en los que han colaborado grandes empresas del sector agroalimentario y centros de investigación de la Comunitat Valenciana, bajo la coordinación de Lumensia Sensors, firma especializada en el desarrollo de sensores fotónicos. 

De hecho, en el consorcio que ha diseñado y validado el dispositivo han participado Embutidos Martínez, Platos Tradicionales y Verdifresh, además, del Centro Avanzado de Microbiología de los Alimentos (CAMA), el Centro de Tecnología Nanofotónica (NTC) y el grupo de Biodiversidad Microbiana del Ciclo del Agua (BIOMICA) perteneciente al Instituto Universitario de Investigación de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IAMA), todos ellos adscritos a la Universitat Politècnica de València (UPV).

Este nuevo método de detección desarrollado a partir de circuitos fotónicos integrados permite automatizar la identificación de patógenos tanto en las materias primas que sirven de base para la elaboración de alimentos como en las muestras de productos ya finalizados. Se trata de una tecnología que salva, además, las limitaciones técnicas de los actuales sistemas de análisis, que requieren de tiempos de espera de hasta 48 horas para ofrecer resultados.

“La puesta a punto de esta tecnología se ha conseguido mediante el uso de biorreceptores que se unen a los antígenos de las bacterias diana y cuya unión se traduce en señales ópticas registradas en un prototipo comercial de la compañía Lumensia Sensors”, ha precisado Ana Fernández Blanco, responsable investigadora y coordinadora del proyecto en esta empresa. 

El nuevo dispositivo se ha probado con muestras agroalimenarias reales, donde ha demostrado su fiabilidad y utilidad en la detección de las bacterias Salmonella spp, Listeria monocytogenes y Echerichia Coli tanto en productos cárnicos y vegetales de cuarta y quinta gama, como en comidas preparadas.

 

De hecho, los resultados de Bacterio han sido publicados y aceptados en forma de artículos científicos en revistas especializadas indexadas como Sensors y presentados en congresos nacionales e internacionales como el Congreso Nacional en Nanofotónica. 

Interés de la industria

Tras completar la validación de este prototipo para los tres microorganismos objetivo y las diferentes matrices alimentarias examinadas, el equipo resultante será certificado como método alternativo a los considerados de referencia para su comercialización. De hecho, las tres empresas agroalimentarias que han participado en su desarrollo están interesadas en incorporar esta tecnología de forma definitiva en sus plantas de producción.

“La resistencia y la adaptación de los microorganismos patógenos implicados en diferentes sectores alimentarios, hace que sea difícil su detección temprana y control, incluso con todos los avances realizados en productos y técnicas de desinfección” ha asegurado Fernández, quien subraya la necesidad de desarrollar una técnica de identificación temprana que permita mantener la seguridad alimentaria de las materias primas y los productos terminados.

El nuevo sistema proporciona ventajas respecto a las alternativas actuales, no por la sencillez de su uso y fiabiabilidad, sino porque, al reducir drásticamente el tiempo de espera de los resultados, se reducen los costes de almacenamiento, energía, logística de los productores, lo que redunda en una mejora de su competitividad y la reducción directa de su huella de carbono. 

Por otro lado, los alimentos son liberados antes con lo que su llegada a los puntos de venta es más rápida y, por tanto, el desperdicio de comida menor. Finalmente, el análisis rápido permite el establecimiento de planes de control más eficaces sin aumentar el coste, lo que sin duda permitirá atajar los brotes de forma más temprana.

La iniciativa se alinea con las conclusiones del comité estratégico de innovación especializado (CEIE) en Agroalimentación promovido por la AVI, que aboga por el desarrollo de sensores y biosensores para la detección en línea de patógenos y contaminantes. Asimismo, también conecta con los entornos de especialización y prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como S3, que coordina la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo. 

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