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  • Los coordinadores de los grupos especializados en emergencias y hábitat sostenible presentan sus conclusiones ante el órgano director del CEI
  • El científico Avelino Corma preside la reunión, en la que se han presentado alrededor de una veintena de soluciones innovadoras
El órgano coordinador del Comité Estratégico de Innovación (CEI), que preside el científico Avelino Corma, ha validado este viernes las soluciones tecnológicas e innovaciones propuestas por los grupos especializados que se han constituido en 2019 para dar respuesta a los retos empresariales en el ámbito de las emergencias y del hábitat sostenible.

 Estos equipos multidisciplinares, en los que han participado representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, han dado cuenta de los resultados obtenidos tras meses de trabajo, en los que se han priorizado retos e identificado soluciones aplicables en el tejido productivo de la Comunitat Valenciana.

Los coordinadores de los dos Comités Estratégicos de Innovación Especializados (CEIE), Manuel Esteve (Emergencias) y Raúl Royo (Hábitat sostenible) han presentado sus respectivos informes de conclusiones ante el órgano director del CEI, en el que además de soluciones innovadoras, se proponen incentivos para garantizar su desarrollo e implantación por parte de las empresas de la Comunitat Valenciana.

Entre las innovaciones detectadas en el ámbito de las emergencias, este comité ha propuesto el desarrollo de funciones de geolocalización y sistemas de avisos en smartphones a menor coste que las soluciones actuales, que operen en zonas sin cobertura o ante desastres naturales; además del diseño de nuevos sistemas de captación de información a añadir a los ya disponibles con el fin de optimizar la captura y análisis de datos en tiempo real.

También proponen el desarrollo de nuevos sistemas de monitorización y evaluación para las infraestructuras de emergencias, así como de nuevos materiales, tecnologías y procesos de fabricación que permitan crear mejores equipos de protección individuales, entre otras iniciativas.

El desarrollo de sistemas de sensorización, monitorización y análisis de datos, así como su integración y gestión en parámetros tales como el consumo de energía, la calidad de aire y el confort es una de las soluciones que han identificado especialistas en hábitat sostenible, que apuestan por avanzar en nuevos sistemas constructivos que permitan la industrialización de la construcción.

Las personas expertas que forman parte de este equipo multidisciplinar han propuesto, además, el desarrollo de sistemas personalizados en el uso de fuentes de energías renovables, tanto a nivel individual y colectivo, así como sistemas flexibles y multifuncionales que permitan la adaptación del interior de los espacios a las diferentes necesidades de sus usuarios a lo largo del tiempo.

Además del presidente del CEI, Avelino Corma, también han asistido como vocales de este comité asesor de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) José María Benlloch, Miguel Burdeos, César Orgilés y María Jesús Vicent, además del secretario técnico del citado órgano coordinador, Francisco Mas.

Por su parte, el científico Avelino Corma ha destacado el trabajado completado por los comités especializados y ha subrayado la relevancia de las cerca de 20 propuestas de innovación presentadas este viernes, que dan respuesta a cerca de una decena de retos empresariales.

Una estrategia que, según Corma, ha de ofrecer resultados en el plazo de dos años, cuando está previsto que concluyan los primeros proyectos de I+D+i resultantes de estos comités, y que cuentan, además, con el respaldado de la Agència.

 La aprobación definitiva, en diciembre

“Los datos demuestran que la metodología funciona. Estamos orientando la innovación para resolver los retos identificados en los CEIE”, ha precisado el vicepresidente ejecutivo de la AVI, Andrés García Reche, quien ha explicado que el 64% de todos los proyectos que ha financiado la Agència en 2019 responden a alguno de los retos-solución propuestos el pasado ejercicio.

En cualquier caso, la aprobación definitiva de los retos y soluciones de los CEIE en emergencias y hábitat sostenible tendrá lugar en diciembre, en el marco de la tercera reunión del Comité Estratégico de Innovación de la AVI.
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Prensa

  • El proyecto reduce el coste de producción de materiales bioplásticos y valoriza un residuo abundante en las costas de la Comunitat Valenciana
  • El centro del CSIC desarrollará esta prueba de concepto en colaboración con el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística

La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) apoya una prueba de concepto a escala piloto del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), dependiente del CSIC, para producir envases biodegradables a partir de los restos de Posidonia oceánica que el mar arrastra con frecuencia a nuestras costas.

La iniciativa pretende, por tanto, valorizar un residuo abundante en la Comunitat Valenciana y que tiene un impacto notable en las arcas municipales, ya que son las administraciones locales las encargadas de retirar los restos de esta planta marina que llegan a nuestras playas al final de su ciclo de vida. Y, además, ofrece una alternativa sostenible al uso de plásticos sintéticos.

El proyecto se basa en un nuevo proceso patentado por el IATA para optimizar la obtención de celulosa procedente de la biomasa vegetal, tanto de la posidonia como de otras fuentes (como, por ejemplo, la paja del arroz), que reduce sensiblemente los costes de producción de bioplásticos.

Esta nueva metodología, que ha desarrollado el grupo de investigación de envases del Departamento de Conservación y Seguridad Alimentaria del IATA, da lugar a materiales con propiedades muy competitivas para sustituir a los plásticos sintéticos y, sobre todo, más económicos que otras opciones existentes en el mercado.

Los trabajos se realizan en colaboración con Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE, que evaluará la capacidad de los materiales obtenidos para ser procesados por la industria, tanto mediante técnicas de extrusión como a través de su aplicación como recubrimientos. Asimismo, el centro tecnológico también se encargará de efectuar un escalado intermedio de la producción de estos materiales a partir de los trabajos desarrollados por IATA a nivel de laboratorio.

En el proyecto cooperan, por tanto, varios agentes del sistema valenciano de innovación, tal y como la AVI exige en su convocatoria anual de ayudas en concurrencia competitiva. La Agència contribuirá con cerca de 140.000 euros al desarrollo de esta prueba de concepto en el marco de su línea de apoyo a la valorización y transferencia de los resultados de investigación hacia las empresas.

Una alternativa eficiente y económica

El proceso ideado por IATA abre un nuevo campo para la fabricación y comercialización de envases biodegradables, dado que resuelve problemas recurrentes entre las alternativas presentes en el mercado, que se producen mayoritariamente a partir de alimentos como las patatas, el maíz o la caña de azúcar y resultan, de hecho, mucho más costosas.

La optimización de procesos y el uso de residuos como materia prima no sólo permite abaratar la factura final de esta nueva generación de bioplásticos, sino que contribuye a impulsar la economía circular en la Comunitat Valenciana. De hecho, el proyecto se alinea con los retos y soluciones que el comité de especialistas de la AVI en este campo identificó hace sólo unos meses.

Dicho grupo multidisciplinar, en el que participan representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, sitúa entre las prioridades para la innovación en economía circular tanto el desarrollo de envases más sostenible como la valorización más eficiente de residuos.

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  • La empresa castellonense RPB desarrolla junto a Ainia una estrategia para obtener ácido láctico, un compuesto clave para sintetizar biopolímeros
  • El proyecto, que se ha desarrollado durante 2018, se ha probado en la planta de tratamiento de residuos de RPB en el municipio de Algimia de Alfara

Reciclados Palancia Belcaire (RPB), empresa castellonense del grupo Mosaiq, ha ejecutado, con el apoyo de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), un proyecto de I+D+i con el objeto de fabricar bioplásticos y productos biodegradables a partir de residuos urbanos.

A través de esta iniciativa, bautizada como Biolac, se ha definido una estrategia para obtener ácido láctico mediante la fermentación de desechos. Este compuesto químico es clave para sintetizar ácido poliláctico, conocido como PLA (por sus siglas inglés), un biopolímero con el que es posible producir bioplásticos y recubrimientos poliméricos biodegradables a un coste menor que otras opciones disponibles en el mercado.

En los últimos años, la demanda global de ácido láctico está experimentando, además, un rápido crecimiento gracias a sus diversas aplicaciones alimentarias, farmacéuticas, cosméticas y también industriales

La Agència ha contribuido al proyecto con 70.000 euros en el marco de sus ayudas a la consolidación de la cadena de valor empresarial correspondiente al ejercicio pasado, un programa que, como todos los de la AVI, requiere de la participación de varios agentes del sistema valenciano de innovación.

En este caso, RPB ha realizado los trabajos en cooperación con el centro tecnológico Ainia, que ha aportado sus conocimientos y experiencia en torno al desarrollo de biorrefinerías, y particularmente en la producción sostenible de ácidos carboxílicos como compuestos precursores de biopolímeros o productos químicos de base biológica.

Durante el desarrollo del proyecto, Ainia ha realizado ensayos de laboratorio que han servido de base para estudiar las diferentes alternativas y definir la estrategia de metafermentación más favorable, dado que las estructuras químicas y propiedades (para sustituir al término isómero) de ácido láctico que se obtienen en este proceso pueden variar en función de qué especie bacteriana o consorcio microbiano que se utilice.

Además, el centro tecnológico también ha prestado asesoramiento a los técnicos de RPB en el diseño y ejecución del prototipo del proyecto, que se ha probado en la planta de tratamiento de residuos de RPB en el municipio de Algimia de Alfara.

Alternativa sostenible
Se trata, en cualquier caso, de un punto de partida porque en el futuro muchos tratamientos tradicionales para los biorresiduos como el compostaje o la biometanización serán sustituidos o complementados con bioproductos como el ácido poliláctico.

Alineado con los principios de desarrollo sostenible y de la economía circular, Biolac explota el concepto de biorrefinería para fabricar bioproductos utilizando residuos como materia prima.

El proyecto responde, además, a los retos y soluciones que ha identificado el Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en economía circular de la AVI. En su informe de conclusiones, este equipo multidisciplinar, en el que participan representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, considera prioritario focalizar la innovación en el desarrollo de envases más sostenibles fabricados con nuevos polímeros más rápidamente biodegradables.
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  • Ainia desarrolla un nuevo sistema, que combina imágenes termográficas y ‘machine learning’, capaz de analizar el termosellado de todos los envases sin ralentizar la cadena de producción
  • El centro tecnológico cuenta en este proyecto con la colaboración del Instituto de Investigación e Innovación en Bioingeniería de la UPV

Ainia Centro Tecnológico está desarrollando, con el respaldo de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), un nuevo sistema para detectar fallos en el envasado de alimentos basado en la termografía, una tecnología capaz de determinar con mayor fiabilidad si el recipiente ha sido correctamente sellado antes de iniciar las fases de distribución y comercialización.

El sistema está entrenado para identificar problemas habituales en el envasado de productos alimentarios, tales como los defectos en el cordón de sellado, la presencia de producto en la línea de soldadura, pliegues del film o fallos de temperatura de soldadura, entre otros.

Hasta 2021, la AVI apoyará con más de 87.000 euros la ejecución de este proyecto, que ha sido seleccionado en su última convocatoria de ayudas a la valorización de los resultados de investigación hacia las empresas. Tal y como exige en sus programas la AVI, Ainia desarrolla los trabajos en colaboración con otro agente del sistema valenciano de innovación.

Se trata, en este caso, del Instituto de Investigación e Innovación en Bioingeniería de la Universitat Politècnica de València (UPV), que aplicará técnicas de ‘machine learning’ para la mejora del análisis de los defectos en el envasado.

La innovadora aplicación de esta tecnología permite, a diferencia de otras alternativas presentes en el mercado, inspeccionar todos los envases en tiempo real en la propia línea de producción, adaptándose a las velocidades y requerimientos de la industria agroalimentaria.

El sistema patentado por Ainia ofrece, por tanto, una mayor agilidad y capacidad de análisis gracias al desarrollo de algoritmos de cálculo, que reducen la carga computacional asociada a este proceso.

La iniciativa se encuentra ahora en la fase de caracterización de envases termosellados, una de las etapas decisivas puesto que se trata del punto de partida para detectar todos los defectos presentes en el contexto industrial. Con este fin se tomarán imágenes detalladas de cada tipología de envase, tanto de los sellados correctamente como de los defectuosos, que servirán de modelo para que la máquina aprenda a detectar los fallos.

El proyecto impulsado por Ainia se ajusta a los retos y soluciones identificados por el Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en agroalimentación de la AVI, en el que participan representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado. Un equipo de trabajo que en sus conclusiones propugnó la mejora de los sistemas para incrementar aún más los actuales niveles de seguridad alimentaria.
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  • El vicepresidente ejecutivo abre el primero de un total de cinco talleres formativos, que se desarrollará en la Universitat Jaume I de Castellón
  • Innoagents actualizará la competencia de más de 30 profesionales y les dotará de herramientas para interactuar y trabajar en red

El vicepresidente ejecutivo de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), Andrés García Reche, ha abierto este miércoles en la Universitat Jaume I (UJI) el programa formativo Innoagents, dirigido a los agentes de innovación y personal técnico de las unidades científicas de innovación empresarial (UCIEs) que han recibido este año el respaldo de la Agència, bien a través de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva o de sus líneas nominativas.

 Se trata, en total, de una red de 14 agentes y de 13 unidades científicas constituidas en el seno de centros de investigación reconocidos por su excelencia con el fin de estimular el desarrollo de innovaciones orientadas a las actividades productivas.

 El objetivo de este plan de especialización, financiado por la AVI, es actualizar la capacitación técnica de estos profesionales de acuerdo a las características de sus nuevos desempeños, así como proporcionar herramientas y habilidades de dinamización que propicien la interacción efectiva entre los productores de conocimiento y las empresas.

 Al respecto, el vicepresidente ejecutivo de la Agència ha instado a los agentes de innovación y técnicos de las UCIE a actuar como eslabones de una cadena capaz de transmitir el germen de la innovación al tejido productivo de la Comunitat Valenciana. «Sois una pieza fundamental de la estrategia de la AVI para conectar la labor que se desarrolla en los centros de investigación con las necesidades y retos de nuestras empresas», ha asegurado.

 Innoagents consta de cinco talleres que se desarrollarán desde octubre a junio y que serán impartidos por expertos investigadores y docentes de las universidades públicas y centros del CSIC de la Comunitat Valenciana. En la relación de docentes emergen especialistas en transferencia de conocimiento, innovación, derecho, comunicación, patentes y marcas y empresa, entre otras disciplinas.

 La Universitat Jaume I alberga el primero de estos ciclos, en el que se ofrecerá un marco conceptual de los procesos y sistemas de innovación, al tiempo que se revisarán los diferentes modelos en los que se fundamentan los principios y políticas de innovación.

 Competencias específicas

 A lo largo de los talleres previstos, más de 30 personal técnico que participa en el programa repasará los mecanismos para la protección de la propiedad industrial e intelectual, abordará las estrategias para su explotación comercial a través de licencias y spin-off; y estudiará los elementos y metodologías a tener en cuenta en el proceso de valorización de tecnologías, entre otros muchos aspectos.

 Las personas asistentes reforzarán también su conocimiento sobre el ecosistema innovador de la Comunitat a través de análisis de casos reales y de sesiones de trabajo con agentes relevantes en este ámbito. Asimismo, se les dotará de competencias transversales adaptadas a las necesidades de los profesionales de transferencia de conocimiento y gestión de la innovación.

De hecho, tanto los y las agentes de innovación como los y las técnicos de las UCIE tienen la misión de garantizar la transferencia efectiva del conocimiento hacia las empresas conectando las demandas y necesidades del tejido productivo con las investigaciones que están desarrollando las universidades, los centros del CSIC y los institutos de investigación sanitaria.
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  • El principal órgano asesor de la Agència comprende a cerca de un centenar de agentes del sistema de innovación de la Comunitat Valenciana
  • Destacan el incremento en la demanda de ayudas, que se ha duplicado respecto a 2018, así como la apuesta por la Compra Pública Innovadora
El Consejo Valenciano de la Innovación (CVI), en el que se encuentran representados los principales agentes del sistema de innovación de la Comunitat, ha otorgado su respaldo a la estrategia diseñada por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) para inyectar conocimiento en las actividades productivas a través de la I+D+i.

El principal órgano de asesoramiento de la AVI ha celebrado este lunes en la sede de Distrito Digital su tercera reunión desde que se constituyera en mayo de 2018. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha presidido este acto, que ha contado con la presencia de la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Carolina Pascual, y el secretario de Estado para el Avance Digital, Francisco de Paula Polo, entre otras autoridades.

Durante su intervención, el vicepresidente ejecutivo de la Agència, Andrés García Reche, ha realizado un balance de los programas e iniciativas de impulso de innovación que esta entidad ha ejecutado durante los últimos doce meses.

En este capítulo, García Reche ha destacado la confianza que han depositado los agentes del sistema valenciano de innovación en la última convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva de la AVI, las primeras con carácter plurianual. En total, se han presentado 551 solicitudes, lo supone un incremento del 166% respecto a 2018.

El número final de concesiones también ha experimentado un sensible aumento respecto al pasado ejercicio, en este caso del 11%. De este modo, la AVI ha respaldado un total de 185 proyectos de I+D+i, que facilitarán la conexión de los tres principales eslabones del sistema de innovación: los centros de investigación, los institutos tecnológicos y las empresas.

Como resultado de esta convocatoria se están desarrollando, por ejemplo, 14 prototipos y proyectos piloto, al tiempo que 29 entidades de investigación y empresas de la Comunitat cooperan en estos momentos en el desarrollo de proyectos estratégicos de innovación de alto impacto para el sistema productivo.

Diálogos tecnológicos

El vicepresidente ejecutivo también ha dado cuenta de los diálogos tecnológicos que la Agència ha llevado cabo a lo largo de 2019, y que se encuentran ya en la fase de elaboración de sus respectivos documentos de conclusiones.

Constituidos a instancias del Comité Estratégicos de Innovación (CEI), estos nuevos equipos multidisciplinares, en los que participan representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, han permitido identificar nichos de innovación prioritarios en ámbitos como la respuesta a las emergencias o el hábitat sostenible.

De estos Comités Estratégicos de Innovación Especializados (CEIE) han emergido nuevas propuestas para optimizar, entre otros, los sistemas de alerta temprana que advierten a la población de emergencias o para desarrollar sistemas flexibles de vivienda capaces de adaptarse a las necesidades cambiantes de sus habitantes a lo largo del tiempo.

Además, en colaboración con la Conselleria de Sanidad, la AVI ha puesto en marcha un comité de innovación en alimentación y dieta hospitalaria que plantea mejoras en el diseño, preparación y logística de los menús que se sirven en los centros sanitarios de la Comunitat Valenciana.

En las próximas semanas está previsto que arranque un nuevo comité de innovación, en este caso junto a Cruz Roja, con el fin de hacer frente a la soledad no deseada en colectivos vulnerables como personas mayores, migrantes, mujeres y jóvenes. Asimismo, también se llevará a cabo un nuevo diálogo tecnológico con Turisme Comunitat Valenciana con el fin de impulsar innovaciones adaptadas a los retos de los municipios que forman parte de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de la Comunitat.

Apuesta por la CPI

Por otra parte, Andrés García Reche ha reiterado el compromiso de la AVI con la dinamización de la Compra Pública de Innovación, un mecanismo de contratación que no sólo permite mejorar la calidad de los servicios públicos a través del desarrollo de soluciones innovadoras, sino que contribuye de forma decisiva a elevar la competitividad de nuestras empresas.

Esta apuesta por la CPI se ha traducido en un manual práctico que establece, paso por paso, los procedimientos que deben seguir aquellos organismos públicos interesados en mejorar un servicio o cubrir una necesidad mediante la demanda de soluciones innovadoras no presentes en el mercado.

En los próximos meses, la Agència ofrecerá también servicios de asesoramiento, asistencia, soporte y monitorización con el fin de acompañar a la Generalitat y a su sector público instrumental tanto en la puesta en marcha como en la ejecución de nuevos procesos de CPI.

Respecto a las líneas nominativas, García Reche ha destacado la consolidación de las Unidades Científicas de Innovación Empresarial (UCIE), que la AVI financia en centros de investigación reconocidos por su excelencia científica para potenciar la investigación aplicada a las actividades productivas.

En la actualidad, ya son nueve las unidades respaldadas directamente por la Agència, a las que se suman otras cuatro que han obtenido esta misma consideración a través las convocatorias de ayudas en concurrencia competitiva.

El impulso y la difusión de las conocidas como tecnologías habilitadoras para la nueva economía, un término que comprende, entre otros ámbitos de conocimiento, la robótica, la nanotecnología y la inteligencia artificial es otra de las líneas estratégicas de la AVI de las que se ha informado en la reunión.

A través de la alianza Tech4CV, la Agència ha destinado este año cerca de 900.000 euros para configurar una red de demostradores tecnológicos donde las empresas de la Comunitat puedan probar las tecnologías de fabricación avanzada antes de adquirirlas o de lanzar un nuevo producto.
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  • La Agència conectará a científicos y tecnólogos para que desarrollen soluciones tecnológicas para esta organización no gubernamental
  • Trabajarán en nuevos desarrollos frente a la brecha digital, así como innovaciones en seguridad en el hogar y para prevenir agresiones

La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) y Cruz Roja de la Comunitat Valenciana han consensuado constituir un comité de innovación con el fin de identificar soluciones tecnológicas e innovaciones para hacer frente a la soledad no deseada en colectivos vulnerables tales como, por ejemplo, las personas mayores o en situación de exclusión social.

Así lo han acordado este martes el presidente autonómico de esta organización no gubernamental, Rafael Gandía, y el vicepresidente ejecutivo de la AVI, Andrés García Reche, en una reunión de trabajo celebrada hoy en València en la que han estrechado los vínculos de colaboración que ambas instituciones iniciaron el pasado ejercicio.

El objetivo de este grupo multidisciplinar, en el que participarán representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, es el de ofrecer nuevas soluciones asistenciales desde el ámbito de la innovación a las situaciones de soledad y aislamiento social que se registran en la Comunitat Valenciana.

Las personas expertasabordarán retos como la brecha digital, la seguridad en el hogar y la salud a través de nuevos sistemas de teleasistencia domiciliaria o domótica, o la prevención de agresiones como el bullying, el ciberacoso o la violencia machista.

La soledad involuntaria es un fenómeno en alza que afecta especialmente a población de edad más avanzada, así como a personas con diversidad funcional, migrantes, mujeres y jóvenes. De hecho, una de cada cuatro personas atendidas por Cruz Roja responden en la actualidad a este perfil, si bien la experiencia en otros países de nuestro entorno hace prever un aumento progresivo de casos en el futuro. La combinación del ascenso de la esperanza de vida y una baja natalidad está dando lugar a un crecimiento acelerado del porcentaje de personas mayores.

El uso de las nuevas tecnologías se ha demostrado eficaz tanto para ofrecer soporte emocional y personal a los afectados, como para afianzar e incrementar su red de contactos, facilitando la conexión con otros familiares y paliando, además, el aislamiento social.

La ONG ya trabaja en distintos proyectos tecnológicos que favorecen la integración de estas personas y reducen su aislamiento y ahora explorará las propuestas innovadoras que resulten de este comité, que se reunirá por primera vez a principios del próximo mes de noviembre.

Una metodología exitosa

De este modo, la AVI facilitará a Cruz Roja una metodología de trabajo que en el último año y medio se ha aplicado con éxito en ámbitos tan diversos como el sanitario, el gastronómico o en la gestión de las áreas industriales inteligentes.

Este procedimiento permitirá a la organización no gubernamental sistematizar el contacto con organismos de investigación, institutos tecnológicos y empresas punteras en innovación que cooperarán en la identificación de los principales retos y sus respuestas tecnológicas con el objeto de mejorar la asistencia que ya se presta a estos colectivos.

El grupo contará con personas tecnólogas y especialistas en el campo de la psicología clínica y social, así como en de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) aplicadas a la salud y bienestar, con experiencia en inteligencia artificial o robótica asistiva.

En representación del tejido productivo, y a propuesta de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) tomarán parte representantes de servicios socios sanitarios, así como firmas tecnológicas vinculadas al desarrollo del internet de las cosas o de la inteligencia artificial, entre otras disciplinas.

Durante la reunión celebrada ayer, a la que también asistió la secretaria general de la AVI, Olivia Estrella, y el Coordinador Autonómico de Cruz Roja, Miguel Ángel Rodríguez, se ha concretado el calendario de reuniones, que se desarrollarán antes de final de año, con el fin de disponer del documento final de conclusiones en el primer trimestre de 2020.

Al término del encuentro, el vicepresidente de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) ha expresado su satisfacción por colaborar con esta organización no gubernamental en la lucha contra la soledad involuntaria. «En la Comunitat Valenciana contamos con un nivel científico y tecnológico capaz de ofrecer respuestas innovadoras a este problema», ha subrayado.

Por su parte, el presidente de Cruz Roja en la Comunitat Valenciana, Rafael Gandía, ha destacado la importancia que para la Organización tiene la innovación «siempre con la vista en ofrecer soluciones a los problemas de las personas» y ha destacado positivamente la alianza existente entre Cruz Roja y la AVI que facilita «la aportación de la tecnología y la ciencia al servicio de quienes más lo necesitan».
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  • Aimplas y las empresas UBE, Acteco, Faperin y Repol constituyen el consorcio que impulsa este proyecto estratégico en colaboración
  • Buscan hacer rentable la obtención de poliamidas de calidad a partir de residuos para la fabricación de otros productos plásticos

La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) financia un proyecto de I+D+i para mejorar las técnicas de reciclado de los envases alimentarios multicapa con el objetivo de optimizar la calidad de los materiales resultantes para lograr su uso en aplicaciones de alto valor añadido. En concreto, se pretende obtener poliamidas, un tipo de polímero que se utiliza como fibra sintética y en la fabricación de materiales plásticos.

El proyecto, bautizado como Recipam, está impulsado por un consorcio de empresas del sector del plástico liderado por Aimplas, que trabaja en un nuevo proceso de reciclado capaz de reducir los costes derivados de separar las capas que conforman este tipo de envases. Sus promotores contarán para este desarrollo con más de 475.000 euros de la AVI en el marco de su programa de ayuda a los proyectos estratégicos en colaboración correspondiente a la convocatoria de 2019.

En la actualidad, el reciclaje de este tipo de envases es poco viable técnica y económicamente, puesto que para conseguir una eficiente separación de capas se requiere de tecnologías o procesos adicionales a los tratamientos estándar que terminan elevando la factura final. La baja demanda de plásticos reciclados, que apenas representa el 6% del total en Europa, provoca que las tasas de incineración y vertido de los envases multicapa sean todavía altas.

Sin embargo, las estructuras plásticas multicapa proporcionan múltiples ventajas para el sector del envase. Son ligeras, con el consiguiente ahorro económico y ambiental en su fabricación y transporte; son muy funcionales y proporcionan una barrera que favorece la conservación de los alimentos y garantiza su seguridad. De ahí que el sector del plástico busque una solución que optimice su gestión medioambiental.

Colaboración empresarial

A través de Recipam, la industria del sector del plástico pretende desarrollar nuevos procesos de reciclado para obtener poliamidas a partir de residuos de envases multicapa para alimentos. Estas nuevas técnicas incluyen un proceso de deslaminación para separar las poliamidas y un proceso de compatibilización para reprocesarlas junto con los otros materiales plásticos para obtener compuestos de calidad suficiente.

Estos nuevos procesos, en los que trabaja el Instituto Tecnológico del Plástico, se probarán en la planta de reciclado de residuos de Acteco en Ibi, mientras que UBE, Faperin y Repol validarán en sus respectivas plantas la calidad y el desempeño técnico de las poliamidas recicladas en la producción de plásticos. Todas estas entidades constituyen el consorcio que ha impulsado Recipam, un proyecto de calado en el que también colabora la Asociación Valenciana de Empresarios del Plástico (AVEP).

Asimismo, la iniciativa también pretende establecer una cadena de reciclado de envases multicapa en la que colaborará toda la cadena de valor y que permitirá la sustitución de plásticos vírgenes en aplicaciones de alto valor añadido, tanto en envases alimentario como en otro tipo de usos.

El proyecto contribuirá a resolver uno de los retos identificados por los representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado que participaron en el Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en economía circular auspiciado desde la AVI.

Por una parte, contribuirá a la valorización más eficiente de residuos, ya sea mediante la mejora en la separación de los plásticos multicapa como a su posterior valorización mediante el reciclado mecánico o pirolisis. Y por otra, permitirá ofrecer bienes de consumo más sostenibles al hacer posible el uso de material reciclado en la fabricación de nuevos productos de alta calidad.
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  • FACSA lidera el proyecto Rewacer en colaboración con Estudio Cerámico, SAMCA y los institutos tecnológicos de la Cerámica y la Energía
  • Rewacer impulsa la economía circular en la gestión del ciclo integral del agua en entornos industriales de la provincia de Castellón

La Agència Valenciana de la Innovació (AVI) financia un proyecto de I+D+i para impulsar la economía circular en la gestión del ciclo integral del agua en entornos industriales de la provincia de Castellón. El objetivo es cubrir la demanda hídrica del sector cerámico con agua regenerada en las estaciones depuradoras de aguas residuales, reduciendo, por tanto, el consumo de agua de acuífero y promoviendo el aprovechamiento de residuos.

En concreto, se desarrollará un nuevo tratamiento basado en la sinergia de tecnologías que permita tratar las aguas de salida de una depuradora con el fin de obtener la calidad óptima para su utilización en la industria azulejera.

Un consorcio de empresas y entidades de I+D+i promueve esta iniciativa, que se ha bautizado como Rewacer y que hasta 2021 dispondrá de ayudas de la AVI por un valor cercano a los 400.000 euros en el marco de su programa de impulso a los proyectos estratégicos, así considerados por hacer frente a un problema de alto impacto e interés general a través de la acción conjunta y la cooperación de múltiples agentes del sistema de innovación.

Durante los próximos meses, FACSA, como líder del proyecto; Estudio Cerámico, la Sociedad Anónima Minero Catalano Aragonesa (SAMCA), el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) y el Instituto Tecnológico de Energía (ITE) estudiarán la viabilidad de reutilizar este flujo hídrico en los procesos industriales del sector cerámico con el fin de reducir la cantidad de agua que emplean estas industrias para su fabricación y proteger los acuíferos.

Pruebas en una planta piloto

Con el fin de optimizar la calidad del agua y adaptar sus características a las necesidades de la industria cerámica, FACSA validará la nueva tecnología mediante una planta piloto que contempla varias tecnologías. El ITC contribuirá con su conocimiento en técnicas avanzadas de membranas para el tratamiento de aguas y sobre metodologías, técnicas de análisis ambiental y del ciclo hidrológico. Por su parte, el ITE fabricará carbón activo aplicable al tratamiento de compuesto orgánicos y las empresas Estudio Cerámica y SAMCA realizarán pruebas a escala real de producción con agua regenerada.

Rewacer presenta, de hecho, ventajas evidentes para el medio ambiente, dado que las empresas azulejeras utilizan cada ejercicio alrededor de 9,5 hectómetros cúbicos agua para acometer la fabricación de los distintos tipos de pavimentos y materiales cerámicos, el equivalente al consumo de toda la ciudad de Castellón durante un año. De este modo, el proyecto contribuirá a reducir el consumo de agua de acuífero y fomentará, además, la reutilización de recursos.

Este nuevo desarrollo se alinea, de hecho, con los retos y soluciones que identificó el Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en Economía Circular de la AVI, en cuyo seno participan representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado.

Entre sus conclusiones, este equipo multidisciplinar ha subrayado la necesidad de favorecer el uso y aprovechamiento del agua regenerada para, entre otros fines, optimizar la gestión de los recursos hídricos de acuerdo con los principios de la economía circular.
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  • Esta tecnología, más avanzada y económica que las existentes, detecta la presencia de oxígeno y reduce así el riesgo de intoxicación
  • Aimplas cuenta en este proyecto con el Instituto de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) y con el IATA

 Alicante (25.09.19). El Instituto Tecnológico del Plástico, Aimplas, desarrolla, con el apoyo de la Agencia Valenciana de la Innovació (AVI) un novedoso sensor que permitirá detectar posibles fallos en el envasado de productos alimenticios durante todo su ciclo de vida, incluidas las fases de transporte y almacenamiento.

 El objetivo de SafetySenseO2, como se ha bautizado esta iniciativa, es el de reforzar la seguridad alimentaria en los envases de atmósfera modificada, reduciendo así el riesgo de intoxicación, a través del control y la monitorización permanente de la hermeticidad de dichos recipientes.

 En concreto, Aimplas está trabajando en el diseño de un sensor de oxígeno impreso capaz de detectar la presencia de este elemento en el interior del envase mediante un cambio colorimétrico perceptible al ojo humano.

 La AVI aportará a este proyecto más de 120.000 euros hasta 2021 en el marco de su programa de ayudas a la valorización, transferencia y explotación por las empresas de los resultados de I+D+i. Un respaldo institucional que garantiza, además, la colaboración de varios agentes del sistema de innovación en las distintas etapas de ejecución.

 En este caso, el centro tecnológico contará, durante la fase de desarrollo, con el Instituto Interuniversitario de Investigación de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM), para la optimización del sensor colorimétrico de oxígeno, y con el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) para la validación del indicador integrado en el envase.

 La presencia de oxígeno en el interior de los envases es una de las principales causas de degradación de los alimentos envasados, ya que propicia el crecimiento de microorganismos aerobios y el enranciamiento oxidativo de los lípidos, al tiempo que destruye vitaminas liposolubles como las A y E.

Control durante todo el ciclo de vida
 
En la actualidad, existen otros mecanismos para determinar la presencia de oxígeno en forma de pastilla o etiqueta, pero son difíciles de manejar, de incorporar al envase y su aceptación por parte del consumidor es menor. Dos opciones que, por otra parte, tampoco resultan atractivas para el fabricante por la complejidad de su producción y el coste añadido.

 En cambio, la solución que ha concebido Aimplas permitirá detectar en línea fallos en el envasado de una forma no destructiva y económica (en esta fase se realizan ensayos analíticos sobre unas muestras que se destruyen) pero el control se extiende al transporte y almacenamiento, e incluso al lineal del supermercado. De hecho, el sensor de oxígeno proporcionará en todo momento información al consumidor sobre la calidad y seguridad del alimento, evitando así posibles intoxicaciones alimentarias.

Esta tecnología no solo resulta más fácil de interpretar, sino que supondrá también una mejora significativa en el proceso de envasado, ya que, a diferencia del resto de las alternativas en el mercado, se integra en la propia estructura del envase.
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