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  • El Diari Oficial de la Generalitat publica la nueva convocatoria anual de la AVI, que permanecerá abierta hasta el próximo 21 de abril
  • La Agència prevé financiar alrededor de 350 proyectos de I+D+i, en los que colaborarán distintos agentes del sistema de innovación


El Consell, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), ha lanzado una nueva convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva dirigida a fortalecer y desarrollar el sistema de innovación, según ha publicado el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV). 


Se trata de un nuevo llamamiento público para resolver retos de interés común a través de la I+D+i, en el que, como novedad, se reforzará tanto la participación de empresas como la dotación económica de los dos programas con mayor impacto en el tejido productivo, a fin de impulsar los proyectos estratégicos en cooperación y la consolidación de la cadena de valor empresarial.


En total, la AVI ha dispuesto un presupuesto global máximo de 48,95 millones de euros para esta nueva edición de sus programas de apoyo a la I+D+i en colaboración, que permanecerá abierta a la recepción de proyectos hasta el próximo 21 de abril.


La nueva convocatoria está cofinanciada al 60% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), a través del programa de la Comunitat Valenciana para el periodo 2021-2027, y se alinea con la nueva Estrategia de Especialización Inteligente S3, que ha diseñado la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital.


Se estima que, con la actual asignación económica, la AVI podrá financiar en torno a 350 iniciativas de innovación, que se ejecutarán en un máximo de tres anualidades, en función del tipo de programa y las características de cada proyecto.


Las seis líneas de ayuda de la Agència incentivan el desarrollo de proyectos de innovación en las empresas y facilitan la transferencia de conocimiento y sus aplicaciones al tejido productivo, fomentando, además, la colaboración público-privada y la cooperación entre centros tecnológicos y de investigación y empresas.


De hecho, la AVI requiere de la colaboración de, al menos, dos agentes del sistema para optar a cualquier tipo de incentivo, al tiempo que se continuará priorizando, como hasta ahora, aquellas iniciativas que ofrezcan respuesta a los retos y soluciones que previamente han identificado los diferentes comités de especialistas que asesoran a la entidad.


Como novedad, este año se reforzará el peso de las empresas en los principales programas de ayuda con el objetivo de estimular su participación y cooperación con otras organizaciones. Así, las mercantiles deberán asumir ahora la mitad del coste de ejecución de cada proyecto estratégico, donde también se exigirá la concurrencia de al menos una pyme entre las entidades que trabajarán conjuntamente en el desarrollo de dichas iniciativas de I+D+i.


Esta última obligación, es decir, la participación de un pequeña o mediana empresa, se extenderá también a los proyectos en colaboración que se presenten a la línea de consolidación de la cadena de valor, la segunda por volumen de fondos.


Precisamente ambos programas, que ya copaban el grueso del presupuesto de la convocatoria, experimentarán un nuevo incremento en su asignación hasta alcanzar el 70% del total. Se trata de las dos líneas que, año tras año, suscitan una mayor demanda y las que generan también un impacto más notorio en el sistema productivo, ya que están abiertas a la participación de empresas.


En el caso de los proyectos estratégicos en cooperación, la AVI ha elevado la partida económica hasta los 20,75 millones de euros, un 20% más que hace un año, para incentivar la cooperación de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado en el desarrollo conjunto de soluciones a retos de interés común.


De este modo, se reforzará el desarrollo de iniciativas que requieren necesariamente de la colaboración de los diferentes agentes del sistema de innovación por la complejidad y el elevado esfuerzo económico que representan.


En la misma proporción aumenta la dotación del programa de apoyo a la consolidación de cadena de valor empresarial, que contará con 13,90 millones de euros para respaldar el diseño de soluciones que impliquen novedades en productos o procesos, o bien mejoras en el intercambio de información y procedimientos de trabajo con impacto en el conjunto de la cadena de valor.


La adecuación de la convocatoria a los requisitos derivados de la financiación europea también conlleva otras novedades para las organizaciones que soliciten los incentivos de la AVI. Y es que, a partir de ahora, deberán justificar que sus proyectos de innovación no generarán ningún impacto negativo en el medio ambiente.


Por último, en el programa de Promoción del Talento se otorgará una mayor flexibilidad a los centros de investigación que concurran a la línea de agentes de innovación. En concreto, cada entidad podrá presentar un máximo 4 solicitudes, frente al máximo de tres vigente hasta la fecha.

Apoyo al talento y la transferencia

Más allá del impulso a los proyectos estratégicos y de consolidación de la cadena de valor, destaca el respaldo al programa de Valorización, transferencia y resultados de investigación a las empresas, que dispone de 7,6 millones de euros.


Estos fondos no sólo permitirán desarrollar ensayos, pruebas piloto y demostradores, sino que garantizan financiación para las Unidades Científicas de Innovación Empresarial (UCIE) constituidas en universidades y centros de investigación de excelencia.


La AVI proseguirá apoyando la atracción y retención de profesionales cualificados a través de tres líneas específicas de ayuda. Los 4,85 millones consignados a tal efecto podrán sostener la actual red de agentes de innovación, al tiempo que respaldarán a las empresas que formen a doctorandas y doctorandos industriales o que contraten personal investigador y técnico de Formación Profesional vinculados a la ejecución de proyectos de innovación.


Otra de las líneas estratégicas para la Agència, la de impulso de la Compra Pública de Innovación (CPI), superará este año el millón de euros. Este presupuesto se destinará a potenciar tanto la demanda de productos y servicios innovadores en la Administración, como a estimular a las empresas para que concurran a este tipo de licitaciones nacionales e internacionales.

Por último, se contemplan 800.000 euros para impulsar acciones de fortalecimiento del sistema valenciano de innovación. A través de este programa se pretende reforzar las estructuras de apoyo a la innovación existentes en la Comunitat, así como facilitar la difusión de la I+D+i entre las empresas.


Más de 500 beneficiarios y 139 millones concedidos


Desde 2018, un total de 520 organizaciones distintas, entre las que se encuentran empresas, universidades, centros tecnológicos y de investigación y entidades locales, se han beneficiado de las ayudas en concurrencia competitiva de la Agència Valenciana de la Innovació.


En total, la AVI ha concedido alrededor de 139 millones de euros para respaldar el desarrollo de acciones de I+D+i en cooperación con el fin de optimizar el funcionamiento del sistema de innovación de la Comunitat y potenciar las sinergias entre sus diferentes eslabones.


Las ayudas de la Agència han movilizado, a su vez, 76 millones de inversión privada que, junto a la aportación pública, han permitido desarrollar 881 iniciativas en los últimos cinco años.

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  • La AVI cofinancia junto a Feder un proyecto de la Asociación Valenciana de Agricultores, AINIA, IVIA, UV y las empresas Sinyent y Locatec
  • El sistema integra sensores e imágenes a través de drones y satélite para detectar enfermedades en fase temprana y proponer el tratamiento óptimo


La Generalitat, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), financia el desarrollo de nuevas herramientas digitales para la detección y predicción temprana de las principales plagas que amenazan los cultivos de cítricos en la Comunitat Valenciana. El objetivo es diseñar un sistema de control más avanzado y preciso que permita a los agricultores hacer frente a estas enfermedades en su etapa inicial, con el fin de optimizar los tratamientos aplicados y reducir su posible impacto en el medio ambiente.


En la actualidad, en el campo valenciano conviven diferentes estrategias de gestión de los cultivos, lo que dificulta la planificación y respuesta coordinada ante una amenaza fitosanitaria. El proyecto SENSOPLAG pretende contribuir, precisamente, al desarrollo de políticas eficientes para la gestión de las nuevas plagas como una de las vías para garantizar la viabilidad del sector primario.


La iniciativa, que impulsa la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) en colaboración con el Instituto de Investigaciones Agrarias (IVIA), el centro tecnológico AINIA, el grupo de Reconocimiento de la Sostenibilidad (REDOLí) de la Universitat de València, y las empresas Servicios Agrarios Sinyent y Locatec Aplicaciones Informáticas, cuenta también con el respaldo de la AVI, que ha aportado 684.000 euros en el marco de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva, que está financiada conjuntamente con la Unión Europea a través del Fondo de Desarrollo Regional (Feder).


Ante la grave amenaza que representan las nuevas enfermedades y las limitaciones de los sistemas de detección actuales, SENSOPLAG explora el desarrollo de una nueva solución, basada en un sistema integrado de herramientas digitales que permita la detección temprana, la monitorización y predicción de plagas clave como el cotonet de Sudáfrica, el ácaro rojo oriental o los insectos que actúan como vectores del greening.


El objetivo es integrar todas estas herramientas y los datos obtenidos, en una misma plataforma, con el fin de desarrollar modelos que generen, a partir de este material, información práctica para los profesionales del campo. Se está trabajando, de hecho, en un sistema de ayuda a la toma de decisiones, dirigido a agricultores y técnicos y accesible a través de una app, que no solo les permitirá interactuar para resolver sus posibles dudas, sino que les guiará en la elección de los tratamientos más adecuados y el momento óptimo de aplicación para lograr la máxima eficacia.


Actualmente el proyecto se encuentra en una fase de recopilación y análisis de los datos para su definitiva integración en el modelo. Para ello, se procesarán las imágenes satelitales, así como las tomadas con cámaras hiperespectrales integradas en drones a fin de estudiar la detección y el grado de afectación de las plagas durante los distintos periodos del año.


Cooperación en innovación


En la ejecución del proyecto participan dos centros de referencia en investigación agraria: AINIA, que acredita una extensa trayectoria en sistemas de teledetección en el campo mediante el uso de drones y robots autónomos; e IVIA, con una vasta experiencia en el desarrollo de trampas y análisis de fotos de satélite para la detección de plagas.


El conocimiento en el diseño y uso de sensores, así como el almacenamiento de los datos recabados, lo aporta el grupo REDOlí, de la Universitat de València; al tiempo que Locatec apoyará la recolección de datos a través de una app, donde los agricultores podrán cargar fotos de las posibles plagas; e implementará, en un sistema de recomendación automatizado mediante software. Los cuatro socios contribuirán al desarrollo de los algoritmos de inteligencia artificial necesarios para analizar los datos.


Los trabajos sobre el terreno corresponden a Sinyent, empresa especializada en servicios agrarios, mientras que AVA, como coordinador del proyecto, ha ejercido un papel clave en la definición de las necesidades de los profesionales del sector y garantizará, además, la implementación de este nuevo sistema entre sus potenciales usuarios finales, una vez se validen los resultados.


Para la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Josefina Bueno, SENSOPLAG es un ejemplo paradigmático de las oportunidades que ofrece la innovación en el sector primario a través de la incorporación de tecnologías de vanguardia y del desarrollo de la agricultura de precisión.


“Proyectos como el que coordina AVA contribuirán a reducir los costes y a aumentar la productividad de los cultivos puesto que se recomendarán, en cada caso, aquellos sistemas de control biológico o productos fitosanitarios más eficaces y en su justa medida. Este nuevo modelo de gestión, apoyado en la tecnología, es también más respetuoso con el medio ambiente y con la salud de las personas, tanto aplicadores como consumidores, porque se reducirá la cantidad de químicos administrados”, ha indicado.


Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de la Agència, Andrés García Reche, ha subrayado que esta iniciativa es viable porque integra a todos los eslabones de la cadena, desde los usuarios finales hasta los centros tecnológicos y de investigación que lideran el desarrollo de la agricultura de precisión en la Comunitat Valenciana.


“Desde la Agència consideramos que esta línea de acción estratégica contribuirá a elevar la rentabilidad del campo y prueba de ello es que, desde 2020, hemos respaldado 27 proyectos con ayudas por valor de 7,8 millones de euros”, ha concluido García Reche.


El proyecto SENSOPLAG se alinea directamente con las conclusiones del Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en agroalimentación, que señala como uno de los retos prioritarios el impulso de la agricultura de precisión mediante tecnologías de predicción y control de la producción.  En concreto, se propone la de “optimización en la aplicación de tratamientos fitosanitarios y el uso de productos eco-compatibles en la detección y control de enfermedades y plagas”.


Esta misma iniciativa se encuadra, además, en el eje de calidad de vida de la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, RIS3, dado que permitirá incrementar la calidad y productividad de las explotaciones debido a la detección temprana de las plagas, al tiempo que se reducen los tratamientos fitosanitarios necesarios. Asimismo, el desarrollo del conjunto de sensores basados en drones, robots y sensores fijos en el campo, así como toda la tecnología de análisis de datos y recomendación de productos, se enmarca en el desarrollo de maquinaria y bienes de equipo inteligentes.

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  • La AVI financia este proyecto, que lidera el Instituto Tecnológico del Plástico en colaboración la Universitat Politécnica de València
  • Los productos obtenidos a partir de caucho reciclado presentan mejores propiedades y se aplicarán a viviendas, infraestructuras o instalaciones deportivas


La Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, a través de la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), financia el desarrollo de un nuevo tratamiento para el reciclado de neumáticos que no solo es más sostenible que los procesos actuales, sino que permite obtener caucho de mayor calidad para su uso en el sector de la construcción, las infraestructuras de transporte, las instalaciones deportivas o los parques infantiles, entre otros.


Impulsado por el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), el proyecto Recicautxu pretende dar una segunda vida a las cubiertas fuera de uso, evitando su almacenamiento en vertederos, que suponen un foco de insectos y roedores y elevan el riesgo de incendios. La iniciativa cuenta con el respaldo de Agència Valenciana de la Innovación, que ha aportado 150.000 euros en el marco de la última convocatoria en concurrencia competitiva, que está financiada conjuntamente con la Unión Europea a través del Fondo de Desarrollo Regional (Feder).


En la actualidad, conviven distintos sistemas de tratamiento para estos residuos, pero todos ellos presentan deficiencias desde el prisma de la sostenibilidad, lo que ha llevado a explorar alternativas en las que el caucho triturado se mezcla con otros plásticos con el fin de reaprovecharlos como materiales secundarios en nuevos productos industriales.


Estas tecnologías, sin embargo, tienen un amplio margen de mejora, ya que las propiedades de los materiales obtenidos hasta la fecha no alcanzan los estándares de calidad necesarios.


Precisamente Aimplas, en colaboración con el departamento de Ingeniería e Infraestructuras de los Transportes de la Universitat Politècnica de València (UPV) pretende desarrollar una nueva generación de compuestos con propiedades elásticas y de resistencia a impacto mejoradas para su uso en elementos de construcción, infraestructuras de transporte, interior de edificios, instalaciones deportivas, parques infantiles o señalizaciones y sistemas de seguridad vial.


Según el responsable de este proyecto en Aimplas, Vicent Martínez en la actualidad “las aplicaciones para los residuos de caucho son muy limitadas, lo que hace necesario ampliar el abanico de procesos de transformación de este material reciclado, así como buscar nuevos productos de mayor valor añadido. En este proyecto estamos buscando mejorar la valorización de este residuo a través de procesos innovadores que permitirán obtener nuevos materiales más sostenibles dentro de una economía circular”.


Para mejorar las propiedades de estos residuos, Aimplas ha desarrollado una tecnología que revierte el proceso de vulcanizado de los neumáticos, que es un tratamiento al que se somete el caucho para incrementar su dureza y resistencia. La ventaja de este nuevo proceso es que se puede extender a otros tipos de materiales plásticos como las espumas de poliuretano, las tuberías de polietileno reticulado y los recubrimientos de cables, ampliando así las posibilidades de recuperación y reciclaje de este tipo de residuos.


Colaboración en innovación


De este modo, Recicautxu prevé poner en valor las investigaciones que Aimplas ha venido desarrollando a lo largo de los últimos años en este campo y, contará para ello con el grupo de investigación de Ingeniería Ferroviaria, adscrito al departamento de Ingeniería e Infraestructuras de los Transportes de la UPV, sobre el que recaerá la validación de los elementos producidos con materiales reciclados. El objetivo, por tanto, es someter estos productos a tests de rigidez frente a cargas, ensayos de fatiga y de amortiguación de vibraciones, entre otros.


“Cada año se recogen en España 160.000 toneladas de neumáticos usados, cuya gestión al final de su vida útil puede generar un gran impacto en el medio ambiente. Gracias a la innovación es posible obtener, a partir de residuos, nuevos productos con un elevado valor añadido, reduciendo el uso de recursos naturales, ofreciendo alternativas a las materias primarias y beneficiándose de un ahorro en costes y consumos de energía”, ha precisado la consellera de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital, Josefina Bueno.


Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de la AVI, Andrés García Reche, ha destacado la importancia de apoyar los procesos de transferencia de conocimiento y tecnología para que el resultado de las investigaciones que presentan aplicaciones potenciales en el tejido productivo terminen implementándose de forma efectiva en nuestras empresas y les otorguen un valor diferencial.


El proyecto RECICAUTXU se alinea, además, con la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, que sitúa entre sus prioridades en el eje de hábitat el desarrollo de materiales, productos y procesos avanzados, de bajo impacto ambiental, con nuevas aplicaciones de valor añadido, de forma sostenible y ecoeficiente.


Asimismo, la iniciativa que lidera Aimplas conecta con los retos y soluciones identificados por los comités estratégicos de innovación en Economía Circular y Hábitat Sostenible, que abogan por el desarrollo de sistemas de reciclado terciario para optimizar la valorización de residuos e implementar materiales de construcción más sostenibles.

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