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El Consell impulsa un tratamiento pionero para prevenir la sepsis y el shock séptico a través de la inteligencia artificial y la innovación
- Josefina Bueno asegura que la Generalitat apuesta por poner la innovación y la inteligencia artificial en el centro de la investigación médica para conseguir una sanidad de excelencia
Un test rápido para diagnosticar y predecir la evolución de la sepsis y el shock séptico; un sistema robotizado dirigido a personas con diversidad funcional o en proceso de rehabilitación, que controla los movimientos de la muñeca y el antebrazo; o nuevas sustancias biocidas y materiales antimicrobianos que previenen las infecciones hospitalarias son algunas de las innovaciones que se han desarrollado con el apoyo de la Generalitat en el ámbito de la salud, a través de las ayudas que otorga la Agència Valenciana de la Innovació (AVI).
La búsqueda de soluciones a los principales retos sanitarios que, además, contribuyan a consolidar un nuevo sector empresarial, constituye una de las líneas estratégicas de la AVI, que desde 2020 ha financiado más de un centenar de proyectos de innovación relacionados con el desarrollo de la cirugía robótica, la monitorización no invasiva y la medicina personalizada y de precisión, entre otras tecnologías y disciplinas de vanguardia.
Para la consellera de Innovación, Ciencia, Universidades y Sociedad Digital, Josefina Bueno, “esta apuesta por poner la innovación y la inteligencia artificial en el centro de la investigación médica responde a la prioridad de este Consell: dedicar todos los recursos a una sanidad de excelencia que permita prevenir una de las principales causas de muerte en el mundo como es la sepsis”.
Avalado por especialistas
La apuesta por estimular la innovación en este ámbito se sustenta en las propuestas del Comité Estratégico de Innovación (CEI), un órgano consultivo integrado por representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado, que considera prioritario aprovechar las oportunidades de I+D+i relacionadas con la salud y el bienestar para elevar el valor añadido y la competitividad de la economía de la Comunitat Valenciana.
Hay que señalar que una quinta parte de los proyectos respaldados por la AVI responden a retos y soluciones que previamente han consensuado un grupo de especialistas en salud. Dicho comité aboga en su informe de conclusiones por incorporar tecnologías como la inteligencia artificial o el Big Data para monitorizar de forma no invasiva patologías crónicas y de la tercera edad, así como optimizar los procesos quirúrgicos, a fin de reducir los posibles efectos secundarios y prevenir las infecciones dentro de los centros sanitarios.
Precisamente, para reducir su incidencia, la AVI ha destinado más de cinco millones de euros en ayudas a 26 iniciativas de I+D+i, que atacan esta problemática desde distintos puntos de vista. Así, se han diseñado nuevas sustancias bactericidas que, aplicadas al mobiliario hospitalario, son capaces de reducir hasta en un tercio el riesgo de contagio. Se trata del proyecto MOBACT, en cuyo desarrollo han cooperado el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), el Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe), el Instituto de Tecnología de los Materiales de la Universitat Politècnica de València (ITM UPV) y las empresas Industrias TAYG y Lamberti Iberia.
En la misma línea, el proyecto Multicide ha validado cuatro formulaciones antimicrobianas altamente efectivas, que no solo desinfectan superficies en entornos clínicos, sino que evitan la recolonización en las zonas ya tratadas. El Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto entre CSIC y UPV y la empresa Betelgeux, se han sumado, en este caso, a Aimplas, ITM-UPV e IIS La Fe en la ejecución de los trabajos.
El desarrollo de un test rápido para diagnosticar y predecir la evolución de la sepsis y el shock séptico, una de las principales causas de muerte en todo el mundo, es otro de los retos que ha afrontado el Sistema Valenciano de Innovación con apoyo de la AVI. El proyecto HISTSHOCK, impulsado por Incliva, ha cumplido este objetivo combinando el análisis de biomarcadores y algoritmos de inteligencia artificial para identificar de forma temprana pacientes que necesitarán terapias de soporte vital. El kit de diagnóstico se encuentra en la actualidad a la espera de obtener el permiso de las autoridades sanitarias.
Asimismo, la Universidad Miguel Hernández, en colaboración con el Instituto Tecnológico del Calzado, Inescop, ha validado un sistema robótico vestible, que puede utilizarse en procesos de rehabilitación, tanto en entornos hospitalarios como desde casa; además de para la asistencia a personas con diversidad funcional que no puedan controlar los movimientos de la muñeca y del antebrazo.
El dispositivo, que ya se ha probado con éxito en pacientes con distintas patologías, ofrece soluciones personalizadas a las necesidades específicas de cada persona usuaria, gracias al sistema de monitorización y los algoritmos de inteligencia artificial que son capaces de ajustar, en cada caso, el grado de asistencia.