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Artículo de opinión publicado en el Periódico Mediterráneo por Paloma Barreda, agente de la Innovación IVACE+i Innovación (Investigadora Predoctoral de la Cátedra FACSA-UJI ) y Emma Fernández Crespo, investigadora Postdoctoral de la Cátedra FACSA-UJI.

La mayoría de nuestros recursos hídricos dependen de las condiciones climáticas, lo que nos hace muy vulnerables a las variaciones del régimen natural de lluvias y nevadas. Por ello, si queremos mantener la seguridad hídrica es fundamental buscar alternativas más controlables y menos variables, y en Castellón, la desalación y la reutilización de agua se presentan como las mejores opciones. La desalación, con dos plantas operativas en la provincia, es una técnica consolidada y madura que permite obtener agua potable a partir del agua de mar, si esta está cercana, garantizando un suministro constante e independiente de las precipitaciones, pero a un coste que a veces no es asumible para ciertos sectores. Por otro lado, la reutilización del agua busca aumentar la circularidad del recurso, permitiendo su reaprovechamiento tantas veces como sea posible, lo que incrementa la disponibilidad de recursos hídricos localmente, mejora la fiabilidad del suministro, y permite avanzar hacia una cierta autosuficiencia hídrica. Como ejemplos claros encontramos el uso de aguas regeneradas de estaciones depuradoras para el riego agrícola y de jardines urbanos; el uso en sistemas de refrigeración o limpieza en el sector industrial; o en procesos como la atomización en la industria cerámica. Así, la reutilización permite incrementar los recursos hídricos disponibles y crear sistemas más resilientes ante la escasez hídrica, como en el escenario actual, convirtiéndose en un elemento clave para garantizar la seguridad hídrica.

La reutilización también se enfrenta a grandes desafíos. Por una parte, la percepción negativa que se tiene sobre la calidad de esta agua, algo que aunque la normativa actual garantiza, sigue siendo una barrera importante. Desde que se aprobara el Real Decreto 1620/2007, y recientemente con la entra en vigor del Reglamento de la UE 2020/741, la calidad mínima necesaria está regulada, con límites adaptados al tipo de uso. Es más, con la entrada en vigor de la exigencia de los planes de gestión del riesgo se ha delimitado aún más la responsabilidad y las acciones de control en todo el procedimiento de regeneración. por tanto es fundamental crear escenarios en los que probar el uso de esta agua en casos reales para superar esta barrera reputacional. Por otra parte, nos encontramos con el coste de inversión y explotación necesario para aprovechar el agua reutilizada, el cual actualmente es mayor que el del agua convencional. Pero este coste puede ser asumible con una planificación adecuada. En España, el coste del agua es, en promedio, un 45% más bajo que en Europa, a pesar de ser uno de los países con mayor estrés hídrico, lo que dificulta las inversiones necesarias para enfrentar los desafíos futuros. Por tanto, no debemos basarnos en los costes actuales, sino considerar inversiones que ofrezcan además como input una mayor seguridad hídrica y fuentes alternativas más seguras y predecibles. Para el éxito de esta estrategia, es crucial que las administraciones públicas impulsen, tutelen y guíen una planificación a largo plazo con una regulación y un plan de incentivos adecuado.

Podemos considerar a España como líder europeo en reutilización, con regiones como Murcia, donde se reutiliza cerca del 98% del agua, y la Comunidad Valenciana, con el mayor volumen regenerado, a la cabeza. En esta última se depuran cerca de 450 hm³ de agua residual al año, de los cuales el 56% se reutiliza, pero este porcentaje se reduce al 26% en agricultura y apenas a 5 hm³ en riego de jardines y usos recreativos. Si ahora ponemos el foco en la provincia de Castellón, solo el 4,4% se reutiliza en agricultura. Vistos estos datos, y sabiendo el estrés hídrico al que nos enfrentamos, en los últimos años, se están realizando grandes esfuerzos para revertir esa situación. En el sector agrario, proyectos como DIFERA, financiado por IVACE+i y liderados por FACSA y la UJI, junto a IVIA y La Unió exploran la regeneración del agua de la EDAR OBVA para su uso en riego de cítricos en la Comunitat de Regants de Vila-real.. También desde la UJI, y junto a ITC, UPV y UV, se ha desarrollado la iniciativa CASwaterLAB, que explora la creación de iniciativas tipo Living Labs para fomentar la reutilización de agua en la provincia. Dentro del ámbito industrial, LIFE REWACER liderado por FACSA e ITC analiza la reutilización de aguas de la EDAR de Cabanes en la industria cerámica. Por su parte la UJI con su proyecto WATER UJI, financiado por IVACE+i, explora los sectores productivos de la provincia, promoviendo el uso sostenible del agua. Y en el ámbito urbano, el Ajuntament de Castelló, aprobó en mayo de este año su ambicioso Plan Director de Aguas Regeneradas, que planea reutilizar agua de la EDAR de Castellón para regar la gran mayoría de los jardines de la ciudad, posicionándose como uno de los municipios líderes a nivel nacional.

Enlace al periódico Mediterráneo: https://www.elperiodicomediterraneo.com/opinion/2024/07/14/reutilizar-agua-clave-gestion-hidrica-105594014.html

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