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•    El grupo multidisciplinar, coordinado por la profesora Soledad Pinazo, propone innovaciones para hacer frente a un problema social en auge
•    Apuesta por generar sistemas de recomendación, basados en inteligencia artificial, que propongan recursos de apoyo a las personas afectadas

El desarrollo de herramientas de análisis semántico, de sentimientos y del lenguaje natural con el fin de detectar y predecir casos de soledad no deseada es una de las soluciones innovadoras que ha propuesto el grupo multidisciplinar de especialistas, impulsado por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) y Cruz Roja, para hacer frente a un problema en auge que afecta, especialmente a mayores, personas con diversidad funcional, migrantes, mujeres y jóvenes.

Con este objetivo, los representantes de la comunidad científica, los institutos tecnológicos y del empresariado que forman parte de este comité han planteado la necesidad de optimizar los procesos de recogida y tratamiento de información procedente de los centros sanitarios de atención primaria, los servicios sociales y las entidades del tercer sector.

En este sentido, abogan por mapear la incidencia de la soledad no deseada por zonas geográficas, haciendo uso, asimismo, de fuentes de datos abiertas, con el fin de dimensionar, visibilizar y diseñar acciones de voluntariado específicas frente a este problema.

Al frente de este grupo de especialistas, la vicepresidenta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y profesora de la Universitat de València, Sacramento Pinazo, ha defendido el uso de la tecnología como un instrumento para impulsar a las personas aisladas a dar un giro a su situación personal.

En esta línea, el grupo de trabajo ha apostado en esta última sesión por generar sistemas de recomendación, basados en algoritmos de inteligencia artificial, capaces de aprender los gustos, necesidades y preferencias de los usuarios para proponerles, en última instancia, programas asistenciales y recursos de apoyo a través de diferentes canales. De este modo, se pretende garantizar que el mensaje llegue a su público objetivo.

Las nuevas tecnologías, han insistido, pueden contribuir a capitalizar el valor de las personas vulnerables, ayudándolas a mostrar y compartir sus conocimientos y habilidades, al igual que a promover los programas de mentoring como vía para superar las dificultades a través de la experiencia y el apoyo de un mentor.

Tecnologías inmersivas

Por otra parte, los especialistas proponen también el diseño de tecnologías inmersivas e interactivas que ayuden al ciudadano a ponerse en la situación de la persona afectada y su entorno, así como la incorporación de éstas en campañas sociales que impulsen la toma en conciencia del problema y fomenten la empatía con los colectivos afectados.

Se trata, en definitiva, de acercar los datos al ciudadano para que tome conciencia de un problema en aumento y con numerosas aristas. “No existe un perfil único, no existe la soledad, sino las soledades; al igual que no hay una población diana, sino poblaciones”, ha precisado la coordinadora, Sacramento Pinazo.

Para implantar estas soluciones, el comité considera necesaria la colaboración de los asistentes sociales, voluntarios y médicos de atención primaria para recomendar a las personas afectadas las innovaciones desarrolladas como resultado de este diálogo tecnológico.

Este grupo de trabajo está integrado por los representantes de la comunidad científica Daniel Ruiz (Universidad de Alicante), Javier Palanca y Vicente Traver (Universitat Politècnica de València) y Rosa Baños (Universitat de València), además de Rocío Zaragozá (AIJU) y Rakel Poveda (IBV) por parte de los institutos tecnológicos.

Del mismo modo, el tejido productivo aporta cuatro integrantes, avalados por la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV). Se trata de Soledad Alonso (Gestió Sociosanitària del Mediterrani, S.L.), Celia Sánchez (One Million Bot S.L.), Joaquín Rieta (PrevenPro) y Pau Amat (Soft Home Digital Services, S.L.U.), que durante el desarrollo del comité no actúan en representación de sus respectivas empresas, sino en defensa del interés general.

Como principal beneficiaria de este diálogo tecnológico, participan por parte de Cruz Roja la directora autonómica de Intervención Social, Teresa Navarro; la presidenta de la comisión de Educación de esta organización en la Comunitat Valenciana, Amparo Pérez; así como el director del departamento de Servicios Tecnológicos Digitales de Cruz Roja Española, Carlos Capataz. Además, por parte de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, asiste la directora general de Personas Mayores, Mercedes Santiago.
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•    La AVI registra un total de 381 proyectos de I+D+i al cierre de su tercera convocatoria de ayudas, alineada con la estrategia de la Conselleria de Innovación
•    La Agència recibe un total de 44 proyectos estratégicos, mientras las iniciativas de Compra Pública de Innovación crecen un 27%

Más de 260 empresas, centros y grupos de investigación, institutos tecnológicos, organizaciones empresariales e instituciones aspiran a resolver, mediante proyectos en cooperación, los retos innovadores propuestos por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI), en el marco de su convocatoria de ayudas en concurrencia competitiva.

De este modo, la Agència incentiva el desarrollo de soluciones innovadoras a desafíos del tejido productivo como, por ejemplo, la producción de alimentos más saludables, la obtención de plásticos sostenibles o la optimización de los canales de comunicación con la ciudadanía en situaciones de emergencia. Una iniciativa que se alinea, además, con la estrategia de la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital que, además, brinda soporte presupuestario a la convocatoria.

En concreto, los seis programas de apoyo de la AVI para desarrollar y fortalecer el sistema valenciano de innovación suman 381 proyectos en 2020, que se corresponden a su vez con un total de 497 solicitudes, cuyo plazo de presentación expiró el pasado 14 de febrero.

De las más de 260 entidades de todo tipo que aspiran a contar con el respaldo de la AVI, cerca de la mitad han solicitado ayudas por primera vez, según los primeros datos provisionales, que apuntan, además, a un incremento del 27% en el número de proyectos alineados con la estrategia de la Agència para dinamizar la Compra Pública de Innovación (CPI), tanto en las empresas como entre las administraciones públicas. De hecho, 18 consistorios de toda la Comunidad se han iniciado este año con iniciativas específicas en esta materia.

Para acometer sus respectivos proyectos, las empresas y organizaciones han solicitado ayudas por un importe superior a los 63 millones de euros, una cuantía que cuadruplica con creces el presupuesto disponible en esta convocatoria, que como la anterior, tiene carácter bianual. Esto significa que los beneficiarios dispondrán de dos ejercicios, el presente y también 2021, para completar los desarrollos de I+D+i previstos.

Los programas más demandados

Entre todos los programas de la AVI, el de apoyo a proyectos estratégicos en colaboración es el que una registra una mayor demanda y el que mejor demuestra la capacidad de la Agència para interconectar eslabones del sistema de innovación, que hasta ahora actuaban generalmente de forma aislada.

El objetivo de estos incentivos es que la comunidad científica, los institutos tecnológicos y el empresariado cooperen en el desarrollo de iniciativas de I+D+i de gran calado, capaces de ofrecer soluciones a retos de interés común. En 2020 se han recibido en esta línea un total de 44 proyectos (151 solicitudes), con un presupuesto que en cada caso supera los 500.000 euros y en los que mayoritariamente participan entre tres y seis entidades de diferentes ámbitos del sistema de innovación.

La colaboración, en este caso, entre empresas también se estrecha en el segundo programa abierto al tejido productivo, que tiene por objeto consolidar la cadena de valor empresarial. En la presente convocatoria, los proyectos en cooperación para el desarrollo de soluciones que impliquen novedades en productos o procesos, o bien mejoras en el intercambio y procesos de trabajo, han experimentado un aumento de dos puntos porcentuales y ya suponen el 8% del total, que asciende a 79.

Por otra parte, “Valorización, transferencia y explotación de resultados de I+D+i” se sitúa de nuevo entre los tres programas con mayor número de solicitudes. Crecen un 14% los proyectos que comprenden el desarrollo experimental para la obtención de prototipos y la puesta en marcha de proyectos piloto, así como el ensayo y la validación de nuevos productos, procesos o servicios.

En el ámbito de la promoción del talento se eleva sustancialmente las solicitudes de empresas para incorporar y formar a doctorandos, con un incremento del 44% respecto al pasado ejercicio. Se trata de unas las líneas más relevantes de este programa, que también respalda la incorporación de investigadores y técnicos especialistas para llevar a cabo actuaciones de I+D+i e incentiva la creación de una red de agentes de innovación en universidades, centros de investigación, asociaciones empresariales y otras entidades públicas y privadas de apoyo a la innovación.

Las tres líneas han recabado un total 74 solicitudes, mientras que las acciones complementarias de impulso y fortalecimiento del sistema de innovación han registrado 56, una cifra muy similar a la del pasado año.

Las empresas lideran las solicitudes en cooperación

Por tipo de entidad solicitante, son las empresas las que lideran el mayor número de solicitudes, con un 42%, si bien la colaboración con institutos tecnológicos o centros de investigación está garantizada, ya que las características de los proyectos hacen necesaria la cooperación de todos ellos.

Con el 21% de propuestas remitidas, los grupos e institutos de investigación de las universidades de la Comunitat ocupan la segunda plaza, seguidas por las fundaciones y centros de investigación (no vinculados a las universidades), que representan un 12%. Las instituciones sin ánimo de lucro lideran, a su vez, el 11% de las propuestas, mientras que los institutos tecnológicos suponen el 7%, el mismo porcentaje que las entidades locales.
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